El caldito tibio de los arroyitos de nylon

Un caldo blancuzco y espeso arrastra hilachas de nylon en el Colorado. Profundo y angostito como una manga, le llaman Manga, y en el puente sobre avenida Churruarín los vecinos le dan un nombre que lo identifica mejor: Hediondo (jediondo). Ante el cuchicheo de ratas de, mínimo, treinta centímetros en sus barrancas tapizadas de bolsas y botellas