Una cuestión de temperamento

Carlos Pellegrini, que había accedido a la primera magistratura del país de algún modo gracias a la UCR, que con la frustrada Revolución del Parque volteó a Miguel Juárez Celman pero no a su vicepresidente, opinaba que el radicalismo no servía para gobernar. Por entonces, fines del Siglo XIX, la Argentina no había tenido ocasión de poner a prueba