Los hermanos Claudio y Marcelo Tórtul fueron allanados y detenidos en Paraná por una denuncia penal ante el Juzgado de San Isidro que lidera Sandra Arroyo Salgado, exesposa del fiscal asesinado Alberto Nisman. Los operativos se hicieron en un barrio privado de esta capital, en otras viviendas de los Tórtul en calle Catamarca y Córdoba, como así también en oficinas de ENERSA. En esta empresa se revisaron los contratos de 2016 a 2019 que tenía la firma de seguridad de los Tórtul, por supuestas facturas apócrifas presentadas y lavado de activos. Los empresarios hace más de 20 años que vienen realizando negocios con el Estado entrerriano y tuvieron un importante crecimiento patrimonial. En esta edición, ANALISIS cuenta detalles de los operativos y muestra cómo crecieron los Tórtul y quiénes fueron sus aliados en esa expansión, que quedó nuevamente en la mira de la justicia y organismos de control.
Daniel Enz
El conocido empresario nunca pensó que una mañana de abril le golpearían la puerta de su casa para llevárselo preso en una camioneta de Gendarmería Nacional. Antes, los oficiales le indicaron que esa orden de detención era de un juzgado federal de San Isidro, que iba a quedar incomunicado y que tanto él como su hermano Marcelo iban a ser trasladados a Capital Federal para ser indagados por facturaciones truchas y lavado de activos, a través de su empresa de seguridad.
Claudio Tórtul siempre coqueteó con el poder político, judicial y empresario de Paraná. Se sintió parte activa de ese poder de la capital entrerriana que, muchas veces, es sinónimo de soberbia y de cierta impunidad de movimientos. Y de hecho, pasó a ser uno de los hombres de mayor fortuna de la ciudad. “¿Vos te pensás que alguien se va a animar a meterse conmigo? Si los tengo a todos en el club, a muchos pidiéndome consejos o algún que otro aporte económico...”, solía jactarse el empresario y presidente del Paraná Rowing Club, mientras no dejaba de hacer alarde de su buen pasar y de concretar negocios e inversiones en diferentes rubros, pero en especial inmobiliarios, con su socio y hermano de la vida, Daniel Eduardo Carbonell o con el empresario constructor Miguel Ángel Marizza. De hecho, Carbonell fue algo así como su hacedor en la mayoría de los negocios, por lo menos hasta que apareció en su vida Marizza, que también pasó a tener un rol preponderante en sus movimientos.
No obstante, los mismos Tórtul siempre reconocieron que el principal maestro que tuvieron fue su padre ya fallecido, el comisario retirado de la Policía Federal Santiago Américo Tórtul, que fue quien fundó la empresa de seguridad a principios de 1995. Los hermanos Claudio y Marcelo Tórtul ya estaban recibidos de contadores públicos y de inmediato se sumaron al control de la empresa. A poco de la asunción de Jorge Busti en su segunda Gobernación, en diciembre de 1995, el entonces secretario de Reforma del Estado y Control de gestión, Oscar Horacio Mori, comenzó a desarrollar la mayoría de los negocios de esa administración justicialista y de inmediato lo convocó para ello a su amigo Eduardo Carbonell. No fue casualidad que el empresario haya recibido, al poco tiempo, un millón de dólares a través de tres transferencias a bancos de Nueva York, tal como lo denunció esta revista en 2001 y que le sirvieron para capitalizar la empresa Alesia SA, al igual que Carryson SA, también de su propiedad. El frustrado negocio del control vehicular fue uno de los proyectos de Mori, con esas firmas. No obstante, Carbonell logró que el Estado lo indemnizara por más de 4,5 millones de dólares. Carbonell también quedó al frente de Perfomar SA, la empresa que recibió varios millones de dólares del gobierno nacional por el frustrado Puerto Ibicuy. Y fue uno de los mentores de la empresa Alfalfares de San Juan, creada a fines de 1998 en esa provincia, donde los socios eran Marcelo Tórtul y Alberto Gavio, uno de los condenados (cuatro años e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos) por el delito de peculado en Puerto Ibicuy. Entre 2012 y 2014, Claudio Tórtul figuró como empleado de la firma Alfalfares, pese a que era dueño de otras empresas. A la vez, en diciembre de 2006, Claudio y Marcelo Tórtul crearon en San Juan la firma Megafrance Sudamericana SA.
Y los Tórtul y Carbonell no apostaron solamente a San Juan: también crearon en Chaco, en abril de 2006, Forestal Cinco S.A. En el directorio estaban los dos hermanos Tórtul y Carbonell.
El fallecido excajero bustista se cansó de hacer negocios con el Estado en la segunda gestión y fue el mentor de las operaciones futuras de la dupla Carbonell-Tórtul, quienes iniciaron una relación de amistad en el club de la costanera y siguieron por el camino empresarial/estatal. Carbonell también creó Perec SRL, junto a Claudio Tórtul y Norberto Dubovsky, para servicios de fast food y venta de comidas en Buenos Aires. Y luego hizo Torreon del sol SA, para cultivos agrícolas, junto a Jorge Carlos Meyer, uno de los mejores amigos de Miguel Marizza, quien falleciera trágicamente en diciembre de 2013, cuando chocó de atrás, violentamente, un camión que estaba en el peaje de Santa Fe y Santo Tomé.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1149, del día 18 de abril de 2024)