Por Pablo Rochi
Facundo Müller es un director técnico de básquet que en nuestro país cuenta con una reputación muy grande, no por nada, dirigió los mejores equipos de la Liga Nacional. A pesar de ello, años atrás recibió una propuesta algo singular le abrió las puertas a un desafío muy grande, en todo sentido: hacerse cargo del Veltex Shizuoka, equipo de Japón que ahora milita en la Liga B2, la segunda categoría del baloncesto de ese país.
El entrenador paranaense acaba de iniciar su cuarto año como entrenador de Veltex Shizuoka, donde en su momento fue contratado para iniciar un ciclo que hoy, tras el reciente ascenso logrado en la temporada pasada, avanza en un proyecto que da pasos firmes.
Es muy difícil ser entrenador y echar raíces en un mismo sitio. Y Müller lo sabe muy bien. Cuando trabajó en Argentina vivió en Buenos Aires, en Rafaela, en Sunchales, en La Banda, en Mar del Plata y en Córdoba, entre otras ciudades. Ahora lo hace en Shizuoka con otras costumbres, pero con la misma pasión de entrenar y dirigir.
“Todo surgió cuando vine a Tokyo en julio del 2017 a entrenar a la Selección de Japón por un mes. Julio Lamas, que en ese entonces había sido designado para conducir el seleccionado, no pudo llegar a tiempo y me ofreció reemplazarlo hasta que él llegara. Ese trabajo de un mes me generó conocer el básquet de Japón. Enseguida llegó la propuesta de Veltex que acepté porque estaba sin equipo en Argentina. Me pareció que era una buena oportunidad para trabajar en el exterior”, contó Müller.
Desde hace 4 años Müller vive en Shizuoka, una ciudad portuaria con alrededor de 720.000 habitantes. La misma fue fundada el 1° de abril de 1889.
Shizuoka se encuentra a 180 kilómetros de Tokio. El tren es la opción más rápida para llegar. Tarda solo 1 hora en unir ambas localidades.
Shizuoka es famosa por suministrar la mayoría del té y el atún maguro de Japón. A su vez, tiene el puente de madera más largo del mundo, el puente de Horai, construido en 1879 con una longitud de 897 metros.
Del otro lado del mundo, Müller reveló que no fue sencillo adaptarse a una cultura muy diferente para vivir en lo cotidiano como para trabajar, aunque con el paso del tiempo se acostumbró.
“Me siento adaptado a esta Liga, por más que estar lejos es duro tanto para mí como para mi familia. En todo este tiempo vi mucho los partidos de la Liga B2 y la Liga B1 para tener un conocimiento de las tres categorías de Japón. Me gusta entrenar y trabajar acá. Cuando vine en el 2017 a entrenar un mes a la selección de Japón me volví a la Argentina pensando en regresar y dirigir un equipo. Lo conseguí y ahora estoy iniciando una nueva temporada. Estoy totalmente adaptado. Más adelante seguramente volveré a la Liga Nacional porque es de donde salí. Sigo la Liga de Argentina y algún día me gustaría volver”, sostuvo.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS, edición 1145, del día 26 de octubre de 2023)