Hace un año fue elegida como decana de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). Hoy, Aíxa Boeykens, toma el legado de su madre que ejerció ese cargo. En diálogo con ANÁLISIS, cuenta su historia personal, se emociona al hablar de su mamá, y reflexiona acerca de la vuelta a la universidad después de la pandemia.
Por Claudia Martínez
El decanato de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER dejó de ser ese lugar solemne y acartonado de otras épocas. La impronta de la personalidad de Aíxa Boeykens y Carlos Marín como decana y vice, le dio frescura y luz y mucha actividad. La semana del Periodista encontró a una Aíxa metida en varias actividades que convocó en el ámbito académico. Pero, en una siesta se dispuso a dialogar con ANÁLISIS para repasar su historia personal, llena de recuerdos y de emoción.
“Aíxa con acento en la i. Tal cual”, detalla sin que se le borre la sonrisa, algo que la caracteriza.
Es licenciada en Comunicación Social, doctora en Educación. A esto se le agrega su especialidad en Lectura y Educación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Tiene 51 años: “Tampoco es que soy tan joven. Del periodismo de jean y zapatillas fuimos creciendo, aunque creo debo ser la decana de la UNER de menor edad”, agrega.
- ¿Pensaste alguna vez que ibas a llegar a ser decana de la Facultad?
-Bueno, planteándolo así, no. Siempre por ahí, estaba en algunos el proyectar por una cuestión familiar de mi madre que era decana. Después de un tiempo comenzamos a dialogar hasta llegar a este proyecto.
-Háblanos de tu mamá.
-De mi mamá -dice y súbitamente cambia la expresión de su rostro con un dejo de tristeza-. Mi mamá se llamaba Alicia Froy de Boeykens. Era hija de una ama de casa que se llamaba María Eugenia Grella y su padre era bancario del Banco Nación, para él era un orgullo eso y por esa razón es que viajaban por todo el país. Cuando terminó la secundaria, decidió venirse a estudiar a Paraná y se vino a un pensionado bastante reconocido: le decían el Pío, estaba en calle Corrientes. Se vino ahí como interna, a estudiar Ciencias de la Educación, ahí había un grupo de sacerdotes tercermundistas y ella venía de una escuela católica. Con ese vínculo empezó a tener todo un compromiso militante con la teoría de la liberación y sacerdotes del Tercer Mundo. Siempre estuvo vinculada, Yo recuerdo de mi niñez que era una ambivalencia, no era practicante y de hecho a mí no me quería bautizar y mi abuela por atrás me llevaba a la Iglesia, siempre tenía un vínculo muy cercano con ese sector. En la época de Cámpora ella tiene una gran militancia de base, trabajando con la educación popular, con la alfabetización con la perspectiva de Paulo Freire. Era la época del retorno de Perón luego del exilio forzado, a ella la proponen como decana de la Facultad de Ciencias de la Educación, tenía 24 años y era interventora.
Aíxa era chica, nació en el ´71 y los recuerdos son vagos de ese momento. Al tiempo nace su hermana Virginia, de esa época no recuerda mucho.
Sí recuerda que a su madre con la dictadura cívico militar la echan y forma parte de las listas negras. En mayo de 1974 durante su decanato, estudiantes toman la Facultad para defender el proyecto político cultural encabezado por Alicia.
(Más información en la edición gráfica número 1141 del jueves 15 de junio de 2023)