El negocio redondo de un clan sindical

Edición: 
1140
José Mariani: de mendigo a millonario

Un gremialista pasó de enfrentarse a José Ángel Allende en UPCN a copiarle los métodos y adueñarse de otro de los sindicatos de estatales de la provincia, Sedapper. Hace más de una década, José Nazareno Mariani exhibe un estilo de vida ostentoso, su patrimonio y el de sus hijos ha crecido en forma difícil de justificar, mientras el gremio funciona como una financiera mediante préstamos a trabajadores que otorgan con la pantalla de una mutual fantasma. La Fiscalía de Chubut investiga una denuncia por desvío de fondos de un sindicato provincial del que Mariani aparece como interventor.

Por José Amado

 

Desde hace más de una década, el sindicato de trabajadores estatales Sedapper es una empresa que manejan a su gusto José Nazareno Mariani y su entorno familiar. Dicho de otro modo, hay unos 10.000 trabajadores estatales en la provincia que tienen una representación gremial nepotista, más preocupada en llevar una vida de millonarios que luchar por sus derechos. El secretario general y sus dos hijos varones se mueven en autos caros, vacacionan como reyes y aparecen cada tanto con una nueva mansión. La cuestión es que hay un caño enorme por el cual pasan millones de pesos mensuales desde el Estado provincial, en concepto de aportes sindicales, hacia las cuentas de una entidad que no tiene rango paritario y tampoco parece invertirlos en el beneficio de los trabajadores. Por el contrario, el clan Mariani montó un negocio muy común en Paraná entre quienes pretenden mover dinero y obtener ganancias sin riesgo: el de las mutuales que funcionan como financieras. En este caso, la llamada MEPER, una fachada presidida por el hijo Esteban, dedicada a la usura de trabajadores del Estado provincial. Mientras tanto, el secretario general enfrenta una denuncia judicial en Chubut, donde apareció como interventor de un gremio local y lo acusaron por el desvíode millones de pesos de las cuentas de ese sindicato,hacia su otro hijo, Norberto.Con varias propiedades a sus nombres, la familia vive entre mansiones y quintas, autos y lanchas,oro y armas, de una forma que llama cada vez más la atención a personas cercanas, quienes plantearon esta inquietud a ANÁLISIS.

 

Se trata de un negocio redondo sin control alguno. Alguien maneja un sindicato, recibe los aportes por Ley y de ahí en adelante cualquier tipo de control queda a la voluntad y el compromiso de los trabajadores que pidan explicaciones y rendiciones de cuentas. Aquí aparece el gran escollo de muchos gremios del país, manejados por clanes como el de los Mariani, donde la democracia sindical es letra muerta en el estatuto. UPCN, la propiedad privada de José Ángel Allende, podría ser el mejor ejemplo. Quienes pretendan disputar el poder, deberán atravesar un largo camino judicial que siempre los lleva a la derrota. Los dueños del negocio tienen la vaca atada para siempre.

 

Quizás de esto aprendió Mariani hace más de 20 años, quien era un paria en UPCN y terminó echado del estado provincial (trabajaba en el Boletín Oficial). En 2006 volvió a ingresar, esta vez al Ministerio de Gobierno. Ahora tuvo su década ganada:pasó de estar tirado a ingresar al Sindicato de Empleados de la Administración Pública de la Provincia de Entre Ríos y, en poco tiempo, a desplazar a su antecesor, Ricardo Marín. Desde entonces su estilo de vida ostentoso no para de crecer, al igual que su patrimonio.Todo esto a costa de quienes han firmado una ficha de afiliación, ya sea convencidos de que representarían sus derechos o por alguna zanahoria como un subsidio inicial.

 

Hoy, José Mariani se afincó en una mansión que construyó hace unos años en el ingreso a la localidad de Diamante. Lo han visto viajar en un auto BMW X6 cuyo valor en dólares para un modelo que tenga 10 años de antigüedad ronda los 35.000 dólares. Cada vez que saluda, le tintinean las alhajas de oro, cuentan sus allegados. También suele ir a La Paz, donde tiene caballos pura sangre que compiten en carreras en el hipódromo local. Sus dos hijos siguen sus pasos: Norberto Sebastián Mariani, expolicía y empleado de la Secretaría de Comunicación de la provincia, y su hermano Esteban Damián llevan invitados a casas y quintas en Paraná, Sauce Montrull y Diamante, pasean en lanchas y motos de agua, según contaron quienes entraron a esas propiedades. Figuran con relación de dependencia en la administración pública y viven con las licencias gremiales que les otorga el gobierno por decreto. En rigor, actualmente Norberto tiene un cargo en el sindicato y Esteban (quien figuraba como empleado municipal de Paraná) se abocó a la mutual que inventaron para justificar el negocio crediticio, llamada Mutual de Empleados Públicos de Entre Ríos y ahora es empleado del Sedapper.

Han tenido algunos dolores de cabeza con la Justicia, pero los contactos y el trabajo de sus abogados, los hermanos Carbó, les permitieron caer parados. En medio de una vida de lujos asegurada por un sistema perfecto que funciona a partir del flujo de dinero de los aportes sindicales, nadie entiende bien a qué le tiene miedo José Mariani: “anda calzado”, cuentan quienes lo han tratado en asados y otras situaciones informales, mientras que una persona allegada fue testigo del armamento que adquirió, entre pistolas y un fusil con mira telescópica. Todo legalmente inscripto en la Anmac.

 

Breve reseña histórica

El Sindicato de Empleados de la Administración Pública de la provincia de Entre Ríos fue creado en la década del 80, impulsado por el gobernador Sergio Montiel, quien enfrentaba los reclamos y las huelgas de los dos gremios estatales y decidió crear una organización con empleados afines al radicalismo para intentar restarle poder a ATE y UPCN. Por resolución del Ministerio de Trabajo de la Nación se le otorgó en 1988 la Inscripción Gremial Nº 1336 mediante decreto Nº 845/88, que le permitiría actuar en la vida gremial de los empleados públicos de la provincia. Aunque surgió y continuó como un sello sin demasiada actividad.

Contaba con una mutual llamada Amsedapper, pero los dirigentes la fundieron hacia fines de la década de 1990. Durante la crisis de 2001, los dos gremios mayoritarios estaban en medio de los conflictos (falta de pago de sueldos, federales, etc.) mientras que el “tercer sindicato” no existía. Iba a resurgir unos años más tarde, como consecuencia de un conflicto interno en UPCN.

José Mariani era integrante de la comisión directiva del gremio que maneja como propiedad privada José Ángel Allende, con quien tuvo un fuerte enfrentamiento. En ese momento, en los meses previos a la pueblada que provoco la renuncia del gobierno nacional de Fernando De la Rúa y puso en jaque a Montiel, Mariani trabajaba para la diputada provincial de la UCR-Alianza, Mónica Torres, como guardaespaldas, de quien luego se iba a distanciar. Decidió conformar una lista para competir en las elecciones sindicales y arrebatarle a Allende la conducción. A su vez, era el secretario político del Partido del Reencuentro y la Esperanza (PRE) y se autodenominaba “el defensor de los trabajadores públicos”. Se alejó de la gestión de UPCN porque, decía, “agravió a sus afiliados a través de actitudes mezquinas”, y señalaba como ejemplo “la compra de una casa en el Parque Urquiza por parte de Allende, quién también goza de un yate de 18 metros de largo”, según se lee en el archivo periodístico de esos años.

Armó la lista Unidad y Esperanza para competir por la conducción de UPCN que debían realizarse el 23 de mayo de 2002, pero iba quedando más solo en la disputa, ya que tanto Allende como Torres intentaban impedir su participación. Mariani los acusó de “persecución política”. Los comicios sindicales se suspendieron por los amparos presentados por el opositor, quien al final nunca iba a poder participar. Incluso, Allende lo hizo cesantear del lugar donde trabajaba, el Boletín Oficial. No obstante, fue por la vía judicial con una demanda millonaria que, años después, ganó y se pudo llevar una indemnización. Había quedado bastante tirado, pero no iba a retirarse del ambiente sindical de los estatales.

Tiempo después, se cruzaron los caminos de Mariani y otro hombre que ya venía conociendo los negocios de entidades con el Estado: Ricardo Marín, un empleado municipal de Paraná que, por aquellos años, manejaba la Mutual Nueva Imagen, la cual, como la mayoría de estas organizaciones, se dedicaba a la actividad crediticia para empelados públicos. Como otras mutuales, se veía beneficiada por los convenios con la Municipalidad que permitían descontar las deudas de los haberes de los trabajadores. Los famosos códigos de descuento. Oscar Balla trabajaba en el Ministerio de Trabajo de la Nación y le dijo a Marín que estaba en desuso el sello del sindicato Sedapper, que podía reactivarlo y unirlo con los servicios de su mutual.

Se juntaron el hambre con las ganas de comer: Marín tenía los conocimientos del manejo administrativo y los contactos suficientes para hacer resurgir el sindicato; Mariani contaba con la experiencia del ejercicio sindical para recorrer la provincia, donde ya era conocido, y sumar afiliaciones. Ambos desempolvaron los expedientes del Sedapper y vieron la oportunidad de hacerse con ese sello con personería gremial para acumular poder y restarle peso tanto a UPCN como a ATE. Luego de los trámites pertinentes ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, en 2008 convocaron a elecciones para los que por entonces habrían sido unos 5.000 afiliados. Claro que se trataba de elecciones con lista única, la Verde, para la cual se había sellado un acuerdo entre los dos nuevos sindicalistas: Ricardo Marín iba como secretario general y José Mariani como secretario adjunto. El pacto indicaba que cada cuatro años debían alternarse en el cargo máximo. Pero la traición no iba a tardar en llegar.

Finalizado el primer período, Marín dijo que pretendía seguir un tramo más. A Mariani no le gustó, además ya venía disgustado con la repartija desigual de los dividendos de los ingresos por la actividad gremial, entonces aprovechó unas vacaciones en crucero del secretario general para reunir a la Comisión Directiva, convocar a una asamblea y poner el grito en el cielo ante los dudosos números de las finanzas del sindicato. Con la presencia de un escribano, votaron desplazar al jefe y quedó él como titular provisorio. Cuenta la leyenda que, cuando Marín regresó bronceado del viaje, se encontró con la cerradura de su oficina cambiada. Mariani lo encaró y le dijo que estuvieron analizando la situación del gremio y que no podían dejar pasar las irregularidades, como la supuesta compra de bienes que eran inscriptos a nombre del secretario general (Marín). “Ricardo, tomate una licencia, traé los últimos tres balances y volvés al cargo”. Marín salió de la sede sindical, que por entonces estaba ubicada en calle Colón, y no volvió nunca más. Desde entonces, José Nazareno Mariani es el nuevo dueño del Sedapper, puso a toda su familia en los cargos importantes y no se movió de allí nunca más. A su vez, fue creciendo su patrimonio en forma exponencial. Se convirtió en el espejo de aquel sindicalista millonario que tanto criticaba una década atrás.

¿Y qué pasó con aquella Mutual Nueva Imagen que se había fusionado con Sedapper? Las irregularidades en el manejo de sus cuentas y las demandas de varios acreedores, entre ellos la AFIP, derivaron en un proceso judicial de quiebra que recién concluyó el 22 de noviembre del año pasado con la resolución del juez Civil y Comercial Ángel Luis Moia. Los demandantes no pudieron recuperar demasiado “por falta de activo de la entidad mutual, y porque la cuenta del NBERSA vinculada a estos autos no poseía fondos”, dictaminó el magistrado para dictar el fin de la quiebra.

En toda esta tramoya surge otro personaje conocido: el exministro de Gobierno de Sergio Montiel, Enrique Carbó, abogado personal de Mariani, quien aparecía como apoderado del sindicato y también lo patrocinó en algunos problemas judiciales personales, junto a su hermano Alejandro Carbó.

 

Vida de ricos

El negocio redondo de Mariani (tal como le resultó a Allende) funciona a partir del capital que aportan unos 10.000 afiliados que, en promedio, le generan al Sedapper unos 50 millones de pesos mensuales, cifra estimada ya que el sindicato no publica sus números, lo que debería ser la base para la transparencia de toda entidad. En muchos casos, el gancho para conseguir empleados que se enrolen en este sindicato es plata: aquel que firme la ficha de afiliación tiene acreditado un monto de dinero (puede rondar los 30.000 pesos o más) que no debe devolver, van a modo de regalo. Así lo han contado exafiliados, quienes explican que muchos trabajadores que están en una situación económica crítica, ven allí una posibilidad de zafar ese mes. Pero luego, no se podrán desafiliar por un largo tiempo, que legalmente serían unos 36 meses, período suficiente en el cual el gremio recupera y gana mucho más con el aporte sindical obligatorio. Algunos no se desafilian más, porque no es un trámite sencillo, además que vuelven para pedir créditos y siguen quedando enganchados.

El sistema crediticio tiene complejas regulaciones en Argentina y para dedicarse a ese negocio se requieren numerosos trámites ante diversos organismos, como el Banco Central. Por eso es mucho más fácil crear una mutual que, mediante el nombre de ayuda financiera, permite realizar esta actividad. Hay decenas en la provincia y, entre ellas, está MEPER (Mutual de Empleados Públicos de Entre Ríos), creada por Mariani, presidida por su hijo Esteban, la cual funciona como una dependencia más del Sedapper. Para simular que se trata de la excusa para justificar el préstamo de dinero, ambas entidades firmaron un convenio marco y así logran aceitar un sistema que les engrosa sus cuentas. Como tantas mutuales dedicadas a la misma actividad, utilizan el eufemismo de “ayuda económica”.

Personas que conocen a los Mariani y han frecuentado los lugares donde viven, les adjudican varias propiedades. El caso más llamativo es el de la quinta ubicada en la ruta 131, en el acceso a la ciudad de Diamante, a unos 600 metros de la ruta provincial 11. Se trata de un lote bastante grande, el cual ser adquirido comenzaron obras de reforma en la construcción. Hoy tiene un frente amurallado, un lateral (que da a la ruta) de ladrillos, una casa de dos plantas con amplios ventanales y una piscina. Es la única quinta que hay en todo el acceso a Diamante, entre el puesto caminero policial y la ciudad, y nadie ha preguntado quién reside allí ni cómo fue adquirido, reformado y construido. Esta mansión está a nombre de Esteban Mariani, quien tiene 34 años y no ha demostrado legalmente ingresos que puedan explicar esta inversión. Según el registro de ATER, se trata de un terreno de una hectárea ubicada sobre Calle Pública.

Esteban tiene más bienes a su nombre: una vivienda de 250 metros cuadrados en calle Rosario del Tala 657, en Paraná, que estaría alquilada. También compró un terreno de 580 metros cuadrados en calle 893 de la capital provincial, por la zona de Faustino Parera y Ricardo Balbín, cerca del aeropuerto; y una nueva quinta en calle Juan Morath y Don Bosco, de Paraná, de nada menos que 1.800 metros cuadrados. También compró un terreno de una hectárea en Diamante, en una calle pública.

Norberto, de 38 años, es dueño de un inmueble de 390 metros cuadrados en calle Garibaldi sin número, de la ciudad de Diamante.

José Nazareno Mariani no tiene a su nombre ningún inmueble, pero sí cuenta con el mencionado auto de alta gama BMW X6 y también un cuatriciclo Zanella FX 150 modelo 2010.

Su pareja, Norma Casottana, figura en el registro de ATER con un vehículo Mercedes Benz GLK 300 4 Matic modelo 2013, cuyo precio ronda los 30.000 dólares para arriba. Parece demasiado para una empleada de Salud que trabajaba en el hospital de Larroque hasta que se enamoró de Mariani, sacó licencia gremial por el Sedapper.

Se habla también de un departamento frente al seminario arquidiocesano. También, cuentan que Esteban hace poco adquirió una quinta en Sauce Montrull, cerca del Club Tilcara. Estaba buscando mano de obra para empezar a cercarla con un muro perimetral pero el precio que le pasó un trabajador le pareció caro. Estas propiedades no aparecen aún a sus nombres en los registros públicos.

Norberto declara como actividad económica principal “emisión y retransmisión de radio”. Era policía, pidió la baja y pasó al entonces Ministerio de Comunicación y Cultura, donde quedó como personal de planta permanente de la Secretaría de Comunicación, categoría 8, Administrativo Técnico. Luego pasó como adscripto a la Dirección General de Ceremonial, dependiente de la Secretaría General de la Gobernación, cuando estaba a cargo de Edgardo Kueider. El muchacho integra la Comisión Directiva de Sedapper. Actualmente, aparece como empleado del Servicio Administrativo Contable de la Gobernación, un área clave para las rendiciones al Sedapper. En este mismo sector de la administración pública “trabaja” su padre, quien estuvo entre 2006 y 2017 en el Ministerio de Gobierno, Justicia y Educación, y desde enero de 2018 pasó al área contable del Poder Ejecutivo.

Por su parte, Esteban fue empleado de la Municipalidad de Paraná Desde abril de 2017 hasta diciembre de 2022. Fue designado, en 2018, “delegado normalizador” del Suoyem, sindicato de municipales de Crespo, por parte del Ministerio de Trabajo de la Nación. Hasta 2019, en convocatorias publicadas en el Boletín Oficial de Entre Ríos, aparecía como presidente de la mencionada mutual MEPER. También aparece como empleado en relación de dependencia del Sedapper, hasta diciembre de 2022.

Tanto estos dos hijos como la actual pareja de Mariani y otros parientes integran el sindicato de estatales, aunque la información con precisión es difícil de acceder ya que, llamativamente, en el sitio web del gremio no publican cómo está integrada la Comisión Directiva.

 

Denuncia por desvío millonario

El poder que Mariani supo construir lo llevó a tener relevancia nacional en el ámbito sindical. Actualmente es el secretario general adjunto de la Federación Argentina de Trabajadores Estatales Provinciales. Es decir, es el segundo del cordobés José Emilio Pihen. Como tal, fue designado interventor de un sindicato de la provincia de Chubut, el Soyeap (Sindicato de Obreros y Empleados de la Administración Pública del Chubut) a raíz de un conflicto interno que se suscitó el año pasado, bajo el argumento de que el dirigente que estaba a cargo de la entidad había cometido graves errores administrativos y financieros. No obstante, los integrantes del Soyeap desconocieron su intervención y unos meses después convocaron a elecciones. La nueva Comisión Directiva observó las cuentas manejadas por Mariani en ese período y presentó una denuncia en el Ministerio Público Fiscal de Rawson por malversación de fondos.

Afirmaron que Mariani interrumpió la vida institucional del sindicato y generó una situación atípica en una ciudad chica donde todos se conocen. Aseguraron que el entrerriano se apoderó de las cuentas del banco, hizo retiros en efectivo y lo más escandaloso que observaron fueron las cifras millonarias que transfirieron al Sedapper y a Norberto Sebastián Mariani. Además, les llamó la atención que “lo primero que quiso hacer es poner una financiera” en el Soyeap. Todo esto fue presentado con la documentación correspondiente en la Justicia. Según se informó a ANÁLISIS desde la Fiscalía de Rawson, al momento de esta publicación estaban recibiendo los informes de los contadores que trabajaron en las pericias y, el mes que viene, se podría decretar la apertura de causa, en caso de que la fiscal a cargo del caso, Florencia Gómez, considere que hay un posible delito a investigar.

Según consta en la denuncia, la misma está formulada contra José y Norberto Mariani, por el “vaciamiento de cuentas” del Soyeap, el cual “surge de los movimientos bancarios correspondientes al mes de octubre de 2022”, pero además “las personas sindicadas habrían cometido más hechos similares”. Asimismo, detalla la denuncia que “según quedó reflejado en los resúmenes bancarios que se adjuntan, el Sr. José Nazareno Mariani realizó durante el mes de octubre unas cuatro transferencias a la cuenta correspondiente a su hijo, el Sr. Norberto Sebastián Mariani (que es a quien pertenece el CUIT allí identificado) por un total de $2.206.000, suma que se agrega a lo oportunamente denunciado”.

Mariani con la Fetap movieron los hilos en el Ministerio de Trabajo de la Nación, que declaró nulas las elecciones sindicales del gremio chubutense realizadas el año pasado. El hombre de Paraná se envalentonó y viajó hace unos días para presenciar los anuncios de aumentos de sueldos realizados por el gobernador de Chubut. Mariani difundió por todos lados las imágenes en la que está sentado en la mesa junto a otros sindicalistas y al gobernador Mariano Arcioni, en Rawson, y firmó el acuerdo salarial.

A nivel provincial, el dirigente sindical ha preferido mantener un perfil un poco más bajo. No ha integrado listas para cargos políticos, como si considerara que esa exposición lo pondría en riesgo, tal como le pasó a Allende tras dos décadas como legislador y ahora condenado por amenazar a un periodista y al borde de otra pena por enriquecimiento ilícito y violencia de género contra la ministra de Salud, Sonia Velázquez. No obstante, Mariani ha mostrado afinidades políticas sin demasiados parámetros. En 2019, por ejemplo, entregó su apoyo al entonces intendente de Paraná Sergio Varisco, quien iba por la reelección en la intendencia de Paraná, pese a estar en medio de un proceso judicial por narcotráfico en el cual el fallecido dirigente radical terminó condenado. Las noticias de entonces señalaban que Mariani, junto a Omar Duerto (de Sanidad) y Mario Clariá se sumaron a la campaña de Varisco, por ser “la única opción en la que responsabilidad, seriedad y experiencia de gestión se mancomunan para que la ciudad no decaiga”.  Asimismo, cuatro años después se sentó para la foto con el intendente de Concordia, Enrique Cresto, con quien habló de “una agenda para el futuro”, según indica la gacetilla enviada por la Municipalidad. Aunque no hay que descartar su apoyo al precandidato a gobernador Rogelio Frigerio, ya que en 2021 el hijo Norberto Mariani se ubicó en la foto y firmó un documento en apoyo al hombre del PRO junto a otros tantos dirigentes políticos y gremiales de la provincia.

(Nota publicada en la edición gráfica de ANÁLISIS número 1140 del jueves 18 de mayo de 2023)

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