Dos entrerrianos están implicados en el frustrado plan de fuga en helicóptero del capo narco Esteban Lindor Alvarado. Un piloto de Gualeguaychú, Andrés Donnet, fue detenido por alquilar su hangar para guardar el vehículo, pero sostiene su total inocencia, aunque un par de pruebas lo complican. Y aparece otro piloto de fumigación agrícola de Rosario del Tala, Daniel Guategui, que estuvo acusado de trasladar cargamentos de cocaína para una banda narco de Paraguay: su presencia pasó desapercibida durante muchos años y su destino actual es desconocido. Una trama de película y otra vez grupos narco de Rosario haciendo pie en Entre Ríos.
José Amado
Cada vez más, las redes del narcotráfico a gran escala que tiene sede central en la ciudad de Rosario, ganan terreno a través de socios en Entre Ríos. A los vínculos que surgieron detrás de los asesinatos de narcos como el triple crimen de Paraná y el de Gustavo “Petaco” Barrientos, y a la presencia del hombre que manejaba las cocinas de cocaína de la banda Los Monos, Diego Cuello, en un campo de Nogoyá, ahora aparecen dos hombres dentro de una trama de película de la que habló el país: el intento de fuga del penal de Ezeiza del capo narco Esteban Lindor Alvarado en un helicóptero que despegó en Gualeguaychú, por el cual hay un piloto entrerriano, dueño de un hangar, procesado y detenido, quien sostiene su inocencia; y aparece, como dato más preocupante, un viejo piloto de Rosario del Tala en la maniobra, quien supo trabajar para un cártel narco paraguayo. No es casualidad que, paralelamente, crezca en las principales ciudades de la provincia la venta y consumo de cocaína y también de pasta base, signo casi inequívoco de la presencia de cocinas de droga. Una luz roja que parece no alarmar a ninguna autoridad del gobierno, de la policía ni de la justicia.
El 2 de marzo pasado, el Ministerio Público Fiscal de la Nación fue alertado respecto a un plan diseñado por Alvarado y personas de su entorno para extraerlo del Complejo Penitenciario Federal I de Ezeiza, donde se encuentra cumpliendo una condena de prisión perpetua por asesinato por encargo y otra de 15 años por tráfico de cocaína, además de lavado de activos y otros delitos. Supuestamente, al día siguiente un helicóptero iba a partir de un aeródromo rural cercano a la ciudad de Gualeguaychú, sobrevolaría el penal y liberaría a Alvarado y a otro preso. De esta manera, comenzó una investigación que permitió identificar a parte de los involucrados en esa maniobra.
De las conversaciones interceptadas entre el piloto -apodado “Lobo”- y Alvarado, y otras averiguaciones, se pudo saber que compraron un helicóptero Robinson R44 Raven en España y lo importaron a través de un paso no habilitado cerca de la zona de Campo 9, en la República del Paraguay. Con matrícula falsa, iba a salir de Gualeguaychú para descender en el patio del penal y, a través de una red, sacaría a Alvarado y al otro interno para llevarlos hasta un campo de General Rodríguez, donde otros miembros de la organización lo iban a ocultar. Pero resulta que ese día hubo requisas en la cárcel de Ezeiza y otras del país contra integrantes de la banda Los Monos, lo que obligó a suspender el plan. Lo pasaron una semana.
El 10 de marzo, a instancias de la fiscal Cecilia Incardona, el juez federal Ernesto Kreplak ordenó allanamientos simultáneos en domicilios de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires, y en el penal de Ezeiza, que frustraron nuevamente el plan de escape. Esa mañana se pudo saber que el helicóptero había despegado de Gualeguaychú, pero debió aterrizar en un predio cercano al Country Club Banco de la Provincia de Buenos Aires, en la localidad bonaerense de Francisco Álvarez, por un desperfecto mecánico. La Policía Federal lo encontró allí y lo secuestró.
En aquellos procedimientos fueron detenidos dos de los colaboradores de Alvarado: el rosarino Gianluca Orpianesi y el entrerriano Andrés Alcides Donnet. Este hombre, nacido el día 7 de febrero de 1982 en Gualeguaychú, de 41 años, trabaja hace años como piloto agrícola y prestador de servicios agroaéreos. Lo imputaron por haber prestado su hangar en un campo para el resguardo del helicóptero durante más de un mes. Donnet sostiene su inocencia, afirma que sólo alquiló su hangar sin conocer a Alvarado ni a Orpianesi, por intermedio de un piloto veterano de Tala, Daniel Guategui.
(Más información en la edición 1139 de la revista ANALISIS del jueves 13 de abril de 2023)
