El Juzgado Federal de Gualeguaychú e Islas del Ibicuy celebrará el 6 de diciembre dos años de su creación. Desde entonces, ha protagonizado investigaciones cruciales en materia penal (el mayor decomiso de cocaína en la historia de la jurisdicción), sino también ha desbaratado maniobras contables en materia tributaria que ha tenido repercusión nacional e institucional de relevancia. Y en materia de amparos, ha resuelto conflictos de salud en término de horas. Junto a su apertura, se creció en materia institucional porque se ha instalado una delegación de la Policía Federal Argentina y ahora se está gestionando que haga lo propio la Policía de Seguridad Aeroportuaria.

Por Nahuel Maciel

El 6 de diciembre de 2019 se inauguró el Juzgado Federal de Primera Instancia de Gualeguaychú e Islas del Ibicuy, a cargo del juez Hernán Viri. En diciembre habrá consumido 24 meses calendario de funcionamiento, de los cuales 21 fueron en el contexto de la pandemia por la Covid-19. Sin embargo, pese a esas limitaciones de funcionamiento y porque la actividad criminal no se detiene, el Juzgado ha tenido una presencia activa por ser multi fuero, que ya por sí mismo justificó su creación; sino también ha realizado registros históricos a nivel provincial como el secuestro de 215 kilos de cocaína que se efectúo en un procedimiento en mayo pasado en el puente internacional General San Martín. No sólo eso, también ha desbaratado una organización establecida en importantes estudios contables de Gualeguaychú que utilizaban nada menos que el CUIT de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner para evadir responsabilidades impositivas. Entre muchos otros ejemplos, algunos del fuero Civil como amparos de salud resueltos ya no en días, sino apenas horas.

El juez Federal Viri recibió en su despacho a ANÁLISIS en la mañana del martes 9 a las 10:30 y durante casi una hora y media repasó los procedimientos que tuvieron más impacto en la opinión pública, pero también aportó su mirada al momento de establecer una estrategia para combatir la criminalidad organizada.

-En estos 24 meses de existencia, 21 fueron en contexto de pandemia por el Covid-19: no obstante, se observa un Juzgado muy activo.
-Tal vez se deba a la impronta que hemos adoptado a esta forma de trabajar en equipo. Además, creo que el paradigma de juez que solo está detrás de un escritorio y que se limita a resolver cuestiones como si todo fuera abstracto no tiene nada que ver conmigo ni con nadie que trabaja en este Juzgado. Tratamos de tener una perspectiva que sea más abarcativa de todos los conflictos que llegan al Juzgado. Además, hay que tener en cuenta que se trata de un Juzgado que es multifuero. Es cierto que la materia Penal tendrá más relevancia porque posee un interés público intrínseco, pero para nosotros hay cuestiones no penales que también tiene su relevancia, porque somos conscientes que cuando hay un planteo hay una ciudadanía preocupada y en espera de respuesta. Siempre trato de maximizar todos los recursos con los que cuento y de aportar a la sociedad todo lo posible.

-Hay una frase que usted suele repetir: “No es un expediente abstracto, sino personas concretas”.
-Para mí como para el equipo que conformamos, ese concepto es algo muy importante. En mi caso particular, siempre lo tuve en claro a lo largo de mi experiencia judicial y es un concepto que de manera permanente lo recuerdo. El día que solo veamos un expediente o legajo, es porque habrá llegado el momento de dar un paso al costado. Lo cotidiano, la rutina, el vivir el día a día de manera mecanicista, despersonaliza y el expediente apenas se transforma en un conjunto de papeles. Y hay que ser consciente que detrás de cada papel, de cada declaración, detrás de cada decisión, para esa persona, para su familia, para su entorno afectivo y social “es todo un mundo”.

-Lo iba a interrumpir cuando estaba por aportar algo más.
-Sí. Me estaba acordando que hace muchos años, cuando trabajaba en un Juzgado estaba en Mesa de Entradas se iba a producir una declaración indagatoria. Para nosotros, una declaración indagatoria es algo normal dentro de un proceso. El asunto es que llega la persona a la que se tenía que tenía que hacer la declaración indagatoria y me comenta que hacía tres noches que no dormía. Y eso me impactó, porque lo que para nosotros era algo normal y hasta quizás sin mayor relevancia; para otros es algo extraordinario y trascendente. Desde entonces, hago hincapié en esa idea: detrás de cada expediente hay vidas humanas.

-Cuando asumió el 6 de diciembre de 2019 recepcionó un pedido. Si bien no fue un reclamo porque el Juzgado se estaba inaugurando ese día, fue una clara preocupación de la comunidad vinculada con el crecimiento del narcotráfico en la sociedad. De hecho, su Juzgado ha realizado este año el mayor decomiso de cocaína en la historia de la jurisdicción. ¿Cómo observa este tema?
-Me acuerdo perfectamente ese momento, cuando esos ciudadanos me entregaron una nota al respecto. De hecho, la lucha contra el narcotráfico es un eje prioritario en nuestra política criminal. Y combatir al narcotráfico es muy importante, porque no se trata solamente de un delito en sí mismo y que afecta a la salud de las personas –lo que ya es por sí mismo muy grave-; sino que la droga potencia y torna mucho más violentos al resto de los delitos. La lucha contra el narcotráfico es una preocupación que nos desvela. Lo encaramos con la mayor profesionalidad y preocupación. Es cierto que hemos llevado adelante el mayor decomiso en la historia de nuestra provincia. Hace un par de meses ordené la quema de casi mil kilos de drogas, poco más de 700 kilos de marihuana y el resto de cocaína, como producto de un poco más de un año de funcionamiento del Juzgado. Y lo comparto públicamente para tomar dimensión de la actividad que tenemos y la lucha que estamos desarrollando contra el narcotráfico.
 

(La nota completa en la edición gráfica 1126 de la revista ANALISIS del jueves 18 de noviembre de 2021)