Estudiosos argentinos y brasileros de la cuenca del río Paraná alertan sobre los peligros del incremento exponencial de la acuicultura en embalses en el vecino país. Una reciente disposición del presidente Jair Bolsonaro habilita el cultivo de peces no nativos en los lagos que se forman en las represas, lo cual coloca en serio riesgo la biodiversidad del río Paraná y sus afluentes.  “Se trata de una invasión ecológica que no está muy difundida”, señaló a ANÁLISIS el científico de Conicet Santa Fe, Luis Espinola. La posibilidad de la introducción accidental de la tilapia del Nilo daría un golpe de nocaut a la supervivencia de las especies autóctonas ya afectadas por la bajante profunda y prolongada, así como por la decisión de “no innovar” en el cupo de extracción comercial.

Silvio Méndez

En junio pasado, la Argentina fue noticia en todo el mundo porque la Legislatura de Tierra del Fuego en una medida inédita y considerada histórica, prohibió la instalación de salmoneras en el Canal de Beagle. La actividad se basa en la cría de salmones en grandes jaulones. Este pez es una especie exótica para estas geografías, lo que implicaba una serie de efectos perjudiciales para el ambiente, la salud y las economías locales. La decisión fue el corolario de una resistencia iniciada en 2018, cuando se anunció la posibilidad de instalar esta modalidad de criaderos que ya funcionan en Chile. Los fueguinos tienen malas experiencias con las exóticas y el poder destructivo de los castores da cuenta de ello. Estos roedores, introducidos en 1946 con fines de explotar su piel, han devorado entre 30 y 40 mil hectáreas de bosques.

Pero el sur argentino no es el único lugar donde la implantación de animales silvestres no nativos con fines productivos amenaza la biodiversidad. Recientemente, desde el Instituto Nacional de Limnología (Inali) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) Santa Fe, se advirtió sobre el riesgo que constituyen las especies foráneas en los embalses de Brasil. No es un escenario lejano, ya que se trata de las represas que se encuentran en los afluentes de la cuenca y en el mismo río Paraná, un curso que hoy presenta una situación altamente vulnerable por el bajo nivel de sus aguas.

Luis Espínola, investigador del Inali, y uno de los encargados del Laboratorio de Hidroecología, explica que el origen de estos temores radica en un decreto del gobierno federal brasileño, el Nº 10.576/20 que habilita el cultivo de especies de peces no nativos en los principales embalses brasileños sin ningún tipo de control por parte de las instituciones competentes. El científico argentino participa junto a pares del vecino país en estudios sobre el incremento exponencial de la acuicultura en embalses  que entienden “constituye en el principal vector de introducción y propagación de peces no nativos” y las consecuencias negativas que ello implica. Y esto es porque sin los cuidados ni los contralores, es muy factible que se produzcan escapes de los tanques redes que se dispondrían en los embalses. Se trata de enormes jaulas de acero que se colocan en los lagos que se forman en las represas en una especie de “feedlot” para el engorde de pescados. Cuando se habla con nombre propio se habla de la tilapia del Nilo (Oreochromis niloticus). “La tilapia es un pez de origen africano, que puede tener muchas consecuencias de impacto negativo, porque pueden comer las larvas y huevos de los peces nativos. Además como su dieta es también herbívora, puede tener impacto en las especies vegetales”, describe a ANÁLISIS Espínola. Y agrega,“además, cuando se cultiva en exceso, se genera un volumen de materia orgánica que produce floraciones algales tóxicas”, similares a las que popularmente se conoce como verdín.

Los temores, sostienen el investigador, radica en que “la implementación de esta medida (de Bolsonaro) vino de la mano del desplazamiento del organismo que en Brasil está encargado de los controles y monitoreos de esta actividad (el Instituto Brasileiro do Meio Ambiente e dos Recursos Naturais, IBAMA), que pasó a un área de Producción, quien será la encargada de entregar los permisos para el cultivo de estos peces”.

(Más información en la nota de la edición gráfica número 1123 de la revista ANALISIS del jueves 5 de agosto de 2021)