La Mesa de Docentes Autoconvocados por la Educación Pública de Entre Ríos se lanzó a una cruzada: A través de una iniciativa popular pedirán a los tres poderes del Estado que instrumenten los mecanismos para que le sean reintegradas 70 hectáreas a la Escuela Agrotécnica Nº 151 de Paraje El Quebracho, departamento La Paz. Se trata de una parcela que originalmente era parte del ex frigorífico Santa Elena y pasó al CGE para el proyecto educativo. Pero de una forma poco clara quedó en manos del grupo Etchevehere. El conflicto suscitado recientemente por la herencia de esta familia reavivó el reclamo y sembró nuevas dudas sobre la legitimidad de este traspaso y los títulos de propiedad en danza.
Silvio Méndez
Los relatos de testigos aseguran que ese día Luis Miguel Etchevehere se apersonó en la escuela junto con su agrimensor. Se paró frente a las autoridades directivas y les dijo así, sin muchas explicaciones, cuáles eran las hectáreas que pasarían a la propiedad de su familia. Levantó el índice y señalando sobre al horizonte los límites de su campo lindante planteó: “De ahí hasta acá, ahora todo esto es mío”. Y así, en esa fría jornada invernal de 2007, 70 hectáreas que pertenecían a la Agrotécnica El Quebracho pasaron a manos de Las Margaritas SA, la empresa agropecuaria emblema de la familia Etchevehere con la que administra sus campos, la siembra y la cuantiosa hacienda que poseen. Los docentes técnicos dicen que así se escurrieron las hectáreas más productivas donde había un monte, dos chacras, un eucaliptal e incluidos en ellas un molino y el pozo de agua que tras dos años de gestiones había realizado el INTA para la institución. A la escuela le quedaron unos lotes inundables junto al río Feliciano.
En ese entonces, por este turbio traspaso hacia manos privadas hubo protesta y corte de ruta. La propiedad de la escuela originalmente integraba un campo mucho más grande que era del ex frigorífico. La Comisión Liquidadora de la factoría a través del decreto 4.567 del 27 de noviembre de 2001 cedió 204 hectáreas al Consejo General de Educación (CGE) con destino a la escuela agropecuaria. El establecimiento educativo se creó oficialmente en febrero de 2002 (por decreto Nº 744), teniendo en consideración la transferencia del inmueble al CGE. Pero así, de golpe, en 2007, una fracción de 70 hectáreas que formaban parte de la agrotécnica pasó para el vecino que ya años anteriores había obtenido una porción de esa gran torta que era de la industria cárnica y que se iba despedazando de a poco.
Así, el 28 de junio de 2007, sobre la ruta 12, la arteria que lleva hasta El Quebracho y de allí a Santa Elena, se produjo un corte que se prolongó por más de tres horas en una manifestación que logró reunir a un millar de personas, relatan las crónicas periodísticas. Convocada entonces por la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER), la marcha se oponía a ese acuerdo suscripto por el entonces gobernador Jorge Busti y la tradicional familia terrateniente para quedarse con esas tierras. El abrazo simbólico a la escuela en donde participaron distintas seccionales departamentales del sindicato docente, además de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) Paraná y la Asociación del Magisterio de Educación Técnica (AMET) no logró torcer el rumbo de “la rifa de esas tierras”, tal como calificara Susana Peta Acevedo, de Agmer Paraná. De acuerdo a los trascendidos de la época, a través de Guillermo Chervo, a cargo de la comisión liquidadora, el contrato se habría cerrado a 700 dólares la hectárea de un terreno que por su ubicación sobre la ruta habría tenido un costo de entre 2.500 a 3.000 dólares la hectárea. De esta operación, dijo el entonces director de Juntas de Gobierno de la provincia, Carlos Barbosa, habría resultado un valor pesos de la época por 173.935,24, según el informe del Consejo de Tasaciones provincial, y cuya suma sería afectada a las necesidades de la Escuela Agrotécnica, algo que de hecho nunca sucedió. ¿Habrá ingresado a las arcas provinciales?
Aquella gran movilización de 2007 no logró el cometido de “devolución a sus legítimos dueños”, pero sí permaneció latente en la memoria todos estos años. Ahora, con el conflicto por una sucesión de la familia Etchevehere y las fuertes denuncias contra los integrantes del clan en la agenda pública nacional, resurge la iniciativa para que se restituyan esas tierras a la escuela. En una reunión a través de videoconferencia en la que participó ANÁLISIS, este lunes tuvo lugar la primera reunión de coordinación de la Mesa de Docentes Autoconvocados. El colectivo se lanzó a una ambiciosa iniciativa para reunir la mayor cantidad de firmas para acompañar el pedido reintegrar las tierras a la escuela.
(La nota completa en la edición 1116 de la revista ANALISIS del jueves 12 de noviembre de 2020)
