Sofía Arnaudín

El poeta entrerriano, Juan Manuel Alfaro, dedica parte de su vida poética a desandar su sentir por la ciudad de Paraná; ciudad que lo adoptó, hace 45 años. En diálogo con ANÁLISIS el escritor cuenta sobre su historia, aquella que toma las formas del paisaje que habita -hoy en situaciones, quizás, inimaginables -; reflexiona y analiza los instantes, en su Ciudad Jacarandá.

Cuesta mirar los parques vacíos/ no ver la felicidad moviéndose junto a los toboganes/ subiendo/ una y otra vez/ la escalera/ hacia el instante (...) Como un globo, hacia lo inalcanzable/ el día se eleva en la ciudad/ entre las cintas de los colores perdidos. Así dice sobre este tiempo, Juan Manuel Alfaro, en el poema “Silencio de niños”, recientemente publicado en su cuenta de Facebook, desde donde, casi diariamente, convida parte de su sentir.

El poeta entrerriano se apoya sobre lo que lo rodea y lo percibe distinto. “En estos últimos meses, con la cuarentena, el aislamiento, las restricciones, también es otra la mirada”, reafirma y agrega “He escrito bastante, sobre la actitud de mucha gente, sobre los edificios y los aplausos casi “fantasmales” en las ventanas…”

“Encuentros en cuarentena” da nombre al espacio espontáneo que, Juan Manuel Alfaro, comparte en sus redes sociales; una forma de volver a parte de su historia, la de sus compañeros, sus amigos, la música, la palabra… Allí, da cuenta de momentos de la vida cultural de Paraná y de Entre Ríos. Pero esta práctica no es nueva para él; desde hace tiempo lleva adelante una ardua tarea de investigación y resignificación de la vida y obra de diferentes cultores entrerrianos. “Trato de retribuir algo de lo mucho que me han dado. Alguna gente sin saberlo. Gente que apoyó mis primeros escritos, que me alentó a escribir y decir ‘lo mío’”, confiesa.

(La nota completa en la edición 1112 de la revista ANALISIS del jueves 16 de julio de 2020)