Secretos, mentiras, traiciones y ambiciones es el entramado que une a dos clanes familiares de Concordia, dedicadas al narcotráfico. Millones de pesos de ganancias por la venta de marihuana y cocaína, lo que les permitió crear un aceitado mecanismo también para lavar activos. La Justicia Federal de Concepción del Uruguay, procesó a 20 personas, aunque una está prófuga. Varios de los principales implicados estaban vinculados a la Municipalidad de la Capital del Citrus.
J.A
“Toda la familia hacemos eso, toda la familia”. Néstor Francia Brun tenía alguien que lo escuchara del otro lado de la línea telefónica y parecía que necesitaba a quién contarle sus actividades y hasta presumir su crecimiento patrimonial: “En un año cambié tres cero kilómetro”, le dijo. La extensa charla estaba siendo interceptada por investigadores de la Policía Federal y forma parte del abultado expediente por el cual el juez Federal de Concepción del Uruguay, Pablo Seró, procesó a 19 personas (más un prófugo) por desplegar una organización dedicada al narcotráfico en Concordia. La investigación revela un entramado que unió a dos familias (los Francia y los Trinidad) alrededor de las millonarias ganancias de la venta de marihuana y cocaína en la ciudad más golpeada por la violencia en toda la provincia, potenciada por el consumo de drogas. Además de los roles de almacenamiento, provisión, distribución, fraccionamiento y venta de drogas, se advirtió un aceitado mecanismo de lavado de activos proveniente de la actividad ilícita: compra de vehículos que ponían a nombre de terceros, comercios pequeños para justificar los ingresos y hasta la introducción de las ganancias en el sistema bancario mediante la constitución de plazos fijos. Pero como en toda gran familia, existen también secretos y traiciones, como los engaños de la mujer que presuntamente blanqueaba la plata en bancos y hacía sus negocios a espaldas de su padre.
La causa tuvo su impacto escandaloso en Concordia cuando se supo, tras los múltiples allanamientos del 8 de junio, que varios de los principales implicados estaban vinculados a la Municipalidad. Por un lado, empleados municipales detenidos, entre ellos el sindicado como líder de la banda, Néstor Cholo Francia Brun, Christian Trinidad y otro hombre al que le dictaron falta de mérito; por otro, Gabriela Francia, una mujer que organizaba eventos para el Municipio e integraba la Fundación Conased (asociación Concordiense de Ayuda Social y Estudios para el Desarrollo), que preside Leticia Ponzinibbio, esposa del intendente Enrique Cresto. Desde ambas instituciones se desligaron y repudiaron a Francia luego de ser detenida.
El inicio de la causa fue a partir de un allanamiento, tiempo atrás, donde encontraron casi seis kilos de marihuana en la casa de Norma Ramona Brun, una señora de 70 años. Se determinó que la droga era de su hijo, Néstor Francia Brun, y su nieto, Luciano Francia. Pero al comenzar con las pesquisas, advirtieron que no se trataba de un kiosco de narcomenudeo. A medida que se conectaban unas personas con otras en las actividades del negocio, se pudo observar la magnitud de la banda y su desarrollo en la ciudad: al menos tres puntos de venta propios, provisión en mayor cantidad a otras personas, adquisición de vehículos nuevos y costosos, registro de los mismos a nombre de otros, viviendas familiares para el resguardo de la droga, entre otros aspectos como la utilización de “soldaditos”, algunos de ellos menores, para vigilar la zona ante movimientos policiales. Las observaciones y seguimientos de los policías federales a cada sospechoso conducían a sus cómplices o socios y se constataban movimientos de bienes que no se justificaban con los trabajos e ingresos que acreditaban.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS del jueves 25 de julio de 2019)
