Claudia Martínez
(Especial para ANÁLISIS)

Fue verdulero; la pasó mal. Tiene un hijo que es adolescente y una familia repartida en dos ciudades. Sergio David Cáceres es portador de un apellido relacionado con la militancia en el PJ y con años de trabajar en los barrios.
Es un tipo joven que aparenta tener menos edad pero acusa 31 y en el Concejo Deliberante es en el único lugar donde se lo ve serio.

A veces apela a su ironía para referirse a los contrincantes políticos de este momento. Siempre tiene el mate a mano. También ahora cuando está sentado en la secretaría del Club Paraná que lo vio crecer y ser dirigente.

Nació el primero de noviembre y su hijo el 27 del mismo mes.

No es hijo de José Cáceres, sino su sobrino. La historia de David es bastante particular, porque su padre falleció de cáncer cuando tenía once años. “Ese mismo día que mi padre muere, José me lleva a vivir con él. La noche del velorio de mi viejo me llevó a vivir a su casa y nunca más me fui de ahí”, recuerda.

—Es tu papá entonces.
—Yo le digo mi viejo del corazón porque prácticamente él me crio. De hecho, no tengo muchos recuerdos de mi viejo. Los únicos recuerdos que tengo es que mi padre era vendedor ambulante, que estaba mucho tiempo afuera y cada vez que venía me traía la revista Billiken. Ése es el recuerdo que tengo de él. Después tengo recuerdos muy malos del último año que tuvo la enfermedad, que la verdad no se lo deseo a nadie, y lo vimos ahí hasta el último día. Nosotros somos cinco hermanos: Juan Antonio (fallecido), Alfredo Javier, Orlando José, Fernanda Paola. Los dos más grandes son medios hermanos por parte de mi mamá y los tres que seguimos son de mamá y papá. Somos una familia ensamblada.

—¿Y te ves con ellos?
—Sí, por supuesto. Tengo una hermana que es docente, que vive en Santa Elena. Y bueno… uno de mis hermanos falleció en un accidente de moto, hace unos años. Ese año fue bastante trágico para mí porque yo estaba comprometido con mi anterior pareja, que falleció en un accidente de auto y no pasó un año después que falleció mi hermano en un accidente de moto. Fue un año bastante terrible en lo personal. Eso fue hace 5 años.

José Cáceres es su referencia en la vida, habla con devoción del tío que le dio la mano y lo guió en la vida y en la política, y que cuando se fue lo llamó otra vez para que no se quede solo. “Lo considero mi viejo... La verdad es que no tuve mucha opción, me preguntaron qué quería ser de grande, no me quedaron muchas opciones. Me fui a vivir con José en el año 2000, cuando intentó ser candidato a intendente, que fue a una interna con Julio, y fue una crianza bastante rara porque vivimos solos los dos. Cuando yo llegué estaba en pareja y se separó a los pocos meses. De hecho creo ser parte de las razones por las que se separo. Él se hizo cargo de un gurí que no estaba en los planes de esa pareja

—De pronto tenés un hijo de once años en tu casa.
—Sí. Y bueno, ahí empecé a estar y mamar lo que es la militancia. También tuve mi época de rebeldía. A los 15 años me puse de novio en la Escuela de Comercio 1 y me fui de casa; y al poco tiempo quedó embarazada mi novia de la adolescencia. Hoy tengo un hijo de 15 años. Ahí cuando me voy de la casa de José, medio como de rebelde, me escapé prácticamente. La familia de ella tenía negocio en la casa y me puse a trabajar en una verdulería también.

—Lo del accidente de tu novia te marcó…
—Fue hace 6 años; tenía 25. Había tenido varias idas y vueltas con ella y de hecho me comprometí en el club con ella. La verdad que fue una experiencia muy dolorosa. Ahí me hizo un clic todo, de hecho dejé de fumar, dejé de tomar alcohol.
He experimentado con un montón de cuestiones, el alcohol fue un gran problema en mi vida. Y como que me cambió la cabeza. Empecé a hacer las cosas lo mejor que pude.

(Más información en la edición gráfica número 1086 de la revista ANALISIS del jueves 27 de septiembre de 2018)