Luciana Dalmagro
Dos temas, entre tantos, ocupan en la mañana del lunes, al momento de esta entrevista, al ministro de Economía Hugo Ballay. Uno es la pronta firma de un acuerdo con el gobierno nacional para que, en lugar de seguir recibiendo anticipos a cuenta del déficit que cubren aproximadamente un 20 por ciento, comiencen a llegar recursos provenientes de Anses para cubrir el 50 por ciento del déficit, que se ubica actualmente en el orden de los 6.000 millones de pesos. Mira varias veces el teléfono a la espera de novedades, mientras prepara un viaje a Buenos Aires. Falta un decreto del gobierno nacional para que Entre Ríos se convierta en la segunda provincia del país, después de Córdoba, en suscribir un acuerdo de esta naturaleza.
El otro tema es la conformación de un equipo técnico de la cartera que comenzará en los próximos días a verificar los números de los organismos descentralizados. “Son descentralizados para gastar, pero los recursos salen todos del mismo lugar”, explica el funcionario, respecto de la decisión de monitorear qué está pasando en materia de recursos, gastos, contratos y otros elementos en ámbitos tales como el Instituto del Seguro, el Iafas, Sidecreer, la Uader, el IAPV o el Consejo General de Educación, entre otros. En principio, serán dos contadores y un abogado los encargados de esta tarea que, seguramente, traerá alguna resistencia. “El que lo entienda, bien y el que no, también. Si el gobernador se autolimita para contratar gente, incorporar personal, gastar en general, todos deben hacerlo”, sostiene.
—¿Cuál fue su sensación inicial cuando supo que el gobierno nacional iba a recurrir al FMI?
—En nuestro país la mención del Fondo trae preocupación, pero es una herramienta. Más que preocuparnos, estamos en estudio, ya que el viernes recién se empezó a conocer lo fino del acuerdo. Veremos cuáles son las medidas y, a partir de ahí, cuáles pueden impactar en la provincia. Si queremos ver la parte positiva, es el costo financiero del dinero: tasas del 4 o del 4 y medio son razonables e inferiores a cualquier otro tipo de endeudamiento. Pero sí sabemos que hay pautas. Eso es así. No tengo mucha expectativa de que el Fondo haya cambiado en eso.
—El paper que envió el gobierno al Fondo anticipa reducción de las transferencias corrientes a las provincias. ¿Qué significa eso?
—Esas transferencias son, en lo inmediato, para salud y desarrollo social. Y también para obra pública. Son dos visiones distintas. La obra pública se hace o no se hace, pero no se puede dejar de atender la salud y la ayuda social donde, además, la demanda es cada vez mayor. De hecho, ya hay reducciones porque el gobierno nacional dejó de atender algunos programas. Ante ello, me reuní con las ministras de ambas áreas y estamos readecuando nuestro presupuesto porque el gobernador prioriza estas cosas. A todos nos gusta la obra pública, pero estamos en una situación en la que hay que atender estas demandas sociales.
—¿Ve improvisación o incompetencia en quienes ejecutan el modelo económico?
—No creo que haya improvisación. Los equipos técnicos son de primer nivel. Pero algunas medidas no fueron tomadas con la gradualidad con la que deberían haber sido tomadas. La progresividad en cuanto a las tarifas, por ejemplo. Y los continuos cambios muestran que hay una corrección porque el rumbo evidentemente no era el correcto. Incluso hay variables incompatibles, porque si se suben las tasas a niveles altísimos para frenar la inflación, pero la inflación sigue subiendo, y frente a tasas altas el dólar también sube, son tres variables que no se están contrarrestando unas con otras.
(Más información en la edición gráfica número 1080 de la revista ANALISIS del jueves 21 de junio de 2018)
