Pablo Rochi
El futuro ya es presente. Al menos es así si uno se detiene y observa el crecimiento sostenido de Luciano Vicentín, un pibe de cara angelical que ya dio grandes pasos y está declarado como uno de los jugadores de mayor presente y proyección del vóley argentino.
Recientemente reclutado por River Plate, Vicentín se dio una vuelta por Paraná previo a viajar a Capital Federal para seguir entrenando y jugando con La Banda.
Luciano es uno de los 535 argentinos que viajó a Cochabamba, Bolivia, como parte de la delegación Argentina en los Juegos Odesur. Es uno de los 26 entrerrianos y uno de los 6 paranaenses que llegó hasta el vecino país a representar a la Nación. Y si de números se trata, fue el número 1 en lo suyo. Junto con la selección de Vóley, Vicentín alcanzó la medalla de Oro, lo que le permitió subir a lo más alto del podio.
Con 18 años de edad (los cumplió en abril), el protagonista de esta historia sigue mostrando su evolución y con 1,98 metros de altura apunta cada vez más arriba en su trayectoria.
“Juego de punta receptor. Generalmente el punta receptor es el que hace de todo. Recibir, atacar, bloquear y defender. Menos armar el juego, después hace de todo”, dice, mostrando una carta de presentación.
—Estoy muy feliz por este logro, y más si es representando al país. Desde que terminó el último punto ante Chile y hasta ahora, la euforia es permanente. Siempre está muy bueno salir campeón, pero si es con la camiseta de Argentina es como que el logro se disfruta más.
(Más información en la edición gráfica número 1079 de la revista ANALISIS del jueves 7 de junio de 2018)