Por Camila Fernández

Invierno. Domingo. La ciudad de Paraná despierta entre las pocas casas diseminadas en las improvisadas calles de tierra. Las primeras luces se encienden en las lámparas de gas y/o de aceite aplacando un poco el frío de aquel 8 de agosto de 1852. Hace apenas seis meses el Ejército Grande, liderado por Justo José de Urquiza, derrotó a Juan Manuel de Rosas en la Batalla de Caseros.

Son tiempos de la Confederación Argentina. Con sus contadas casas de azotea, la pequeña ciudad entrerriana está a punto de convertirse en capital nacional y comenzar un período de crecimiento en el cual se van a levantar los cimientos de su personalidad, entre los edificios barrocos y la actividad del puerto, su fisonomía de río y adoquines, pescadores criollos, negros libres que van a instalarse detrás de la Iglesia San Miguel y las damas que esperan con avidez que culmine la obra del solemne Teatro 3 de Febrero para pasearse por su foyer.

En aquel entonces la ciudad contaba con casas de una planta dispersas sobre todo por la zona oeste, con dos cuadras de edificaciones alrededor de la plaza principal (1° de Mayo), con la iglesia San Miguel y la plaza de enfrente (hoy Alvear o San Miguel). Ni siquiera existía la Catedral de Nuestra Señora del Rosario, cuyo primer edificio se iba a construir décadas más tarde, en 1732.  

La primera idea de un teatro para la ciudad nació de Urquiza cuando era gobernador de Entre Ríos, pero su construcción culminó una vez que era director provisorio de la Confederación Argentina. Claramente, su nombre hace honor a aquella jornada bélica en la que el Ejército Grande salió triunfante, la Batalla de Caseros, evento que cambió la historia nacional y que coronó a Entre Ríos con la capital por el período de siete años.

En pleno auge mundial de las ideas liberales e ilustradas generadas por los fenómenos de las revoluciones inglesa, francesa y del nacionalismo de principios del siglo XIX en Europa (que como sabemos influenciaron las revoluciones latinoamericanas), Paraná necesitaba ordenarse, dar número a las casas, poblarse, ensanchar y empedrar sus calles. La actividad comercial florecía al ritmo de la del puerto que en aquel tiempo era uno de los más importantes junto al de Santa Fe y Rosario, acortando la distancia que se abría río abajo con el resto de las provincias, el límite natural que el caudaloso Paraná dibuja en la geografía del Litoral.

El Teatro 3 de Febrero es hijo de esa historia y, como tal, tuvo todas las características de la época. Una de las personas que se encuentra investigando en Paraná sobre este monumento nacional es el periodista y escritor Jorge Riani. En uno de sus artículos relata “el Teatro 3 de Febrero fue mucho más que un escenario para la dramaturgia. Fue un generador de actividades sociales de un pueblo que comenzaba a protagonizar un momento político excepcional. Y a esa función la cumplió entre las paredes del viejo coliseo. Porque hay que decir que fueron dos los teatros 3 de Febrero. O digámoslo mejor: fue uno, pero con dos edificios” (J.R. Un teatro para la capital nacional. “El Diario”, domingo 9 de abril de 2017. Edición impresa).

El primer edificio fue inaugurado el 8 de agosto de 1852 en un clima festivo que involucró a toda la ciudad en desfiles y espectáculos callejeros. Hubo más de 900 personas adentro y otras tantas amontonadas en las puertas intentando no perderse la celebración. Hasta hubo fuegos artificiales, cuestión que se conoce porque uno de los cohetes quemó parte del techo de paja de la casa de Antonia Alvarisqueta, vecina del flamante teatro que vivía en la esquina de la calle Monte Caseros. La mujer envió al gobernador delegado (Antonio Crespo) una carta reclamando resarcimiento económico para reparar el daño. “Ese documento constituyó una gran ayuda al momento de reconstruir la historia del coliseo. Permite, por ejemplo, saber que aunque el teatro nació con el nombre de San Justo, a poco de andar ya se lo llamó con su denominación actual” (J.R. Un teatro…).

(Más información en la edición gráfica número 1071 de la revista ANALISIS del jueves 23 de noviembre de 2017)