Jorge Riani
Salen de la oscuridad, pero siguen en el oscurantismo. Son xenófobos, homofóbicos, antisemitas, odian al comunismo y ven comunismo en todos lados, odian a la masonería, odian a la república. Están de los pelos con las marchas por “Ni una menos”, con los reclamos por Santiago Maldonado, por cualquier convocatoria que no sea una procesión o una misa, y no cualquier procesión ni cualquier misa. Destilan odio, ven conjuras en todos lados, se aprenden apellidos para ponerlos en el cadalso y escriben sobre los nuevos enemigos. Siguen cada movimiento público, leen una entrelínea que no existe y tiene una valoración diferente de las cosas, al punto que “república” se convierte en una mala palabra, como también “democracia” y ni hablar de “derechos humanos”.
En estos días están enardecidos por la adhesión de Entre Ríos al protocolo nacional de aborto no punible. Que se entienda: no hablamos de personas que están en contra de la despenalización del aborto, que hay muchas, estamos hablando de colectivos que hace años y años vienen cargando los cañones del rencor.
Con esto no decimos que oponerse a la despenalización del aborto es de reaccionarios. Sino que los reaccionarios encontraron en esta instancia de la aplicación del protocolo otro motivo para lanzar sus odios.
En las redes sociales se muestran sin tapujos alabando a los dictadores a los que tratan de “héroes”, alaban en especial al criminal serial Francisco Franco y ponen estrofas de la marcha falangista “Cara al sol”. Siembran sus perfiles de Facebook con banderas de las cruzadas y ahora escriben “noticias” en sus blogs, donde apuntan contra los “periodistas apátridas”, “los médicos asesinos”, “los bolches vendepatrias”.
¿Quiénes son los falangistas que ahora escriben “noticias”? Es el grupo más radicalizado, ortodoxo y reaccionario del mundo clerical. No son las señoras de misa, ni los jóvenes de grupos pastorales, ni los matrimonios consagrados. Son fascistas que operan desde la Iglesia y que atacan a cuantas personas sean declaradas enemigas y declaran enemistades al por mayor.
Hace medio año empapelaron la ciudad con unos afiches que recreaban leyendas de corte falangista, con la consigna que es grito de guerra: “Cristo Rey”. Fue para la festividad, precisamente, de Cristo Rey, que es una celebración religiosa impuesta por el papa Pio XI en 1925.
“Cristo Rey” es el nombre de una celebración del calendario católico, pero en el mundo material es algo más, contamos en aquella edición de hace un año. Es una consigna política, un grito de guerra, una identificación de los movimientos contrarrevolucionarios, ortodoxos, antidemocráticos. Es un grito que expresa la melancolía que los fascistas tienen de los regímenes totalitarios.
(Más información en la edición gráfica número 1068 de la revista ANALISIS del 12 de octubre de 2017)