Por FernyKosiak

—¿Cómo fueron tus primeros dibujos cuando eras chico?
—Influenciados por la televisión, porque me enchufaban ahí y yo dibujaba Hijitus, Bugs Bunny, Walt Disney, Petete, la Pantera Rosa. Desde ahí ya dibujaba rápido, aunque al principio eran garabatos. Hacía eso y no hablaba. Mi hermano me llevó al psicólogo inclusive. Fue una época muy bella, era libre. En verano me levantaba y me iba al patio y dibujaba con tiza. Al día siguiente se lavaba y volvía a empezar. Mi vida pasaba por eso y por los juegos de barrio, con mis primos. Después mi familia medio que me usaba: “dibujate esto”, “dibujalo a aquel”. Era un show, siempre fui un show. Fue un divertimento hasta no hace mucho. Yo también dibujo para acercarme a las personas. Es parte de la diversión que por ahí comparto con colegas con quienes nos juntamos y hacemos chistes, dibujamos o hablamos de cosas de cuando éramos chicos. Son cosas que no perdés, son parte de la cultura. Así como hay una cultura de la música, de la literatura, hay una cultura de la historieta.

—¿Cuáles empezaron a ser tus referentes en la historieta?
—Al principio era lo infantil: las revistas Billiken o Anteojito y ahí había historietas, francesas sobre todo, y algunas nacionales. El dibujo animado también me influenció siempre. De más joven la revista Humor, el tridente Fontanarrosa-Quino-Caloi. Descubrí un mundo que me liberaba de la escuela, de ciertos mandatos, y eso era fantástico. Yo empecé a los 12 años a hacer humor en “El Diario” de Paraná, cuando estaba Guillermo Alfieri como jefe de Redacción. En 1982 ya hacía tiras sobre Malvinas o el regreso a la democracia.Hacer humor político siempre era sobre los mismos temas, hoy viró muchísimo eso, es más amplio el espectro o se habla de la actualidad desde otro lugar. A veces hay condimentos de la poesía, de la filosofía. Creo que tiene que ver con lo popular. En esa época estabas muy expuesto a los diarios, hoy estás más expuesto a la web pero a su vez sólo hay sectores de gente que lee tu trabajo, entonces no es toda la gente sino un grupo. En los ´90 empecé a trabajar en “Hora Cero” y en ANÁLISIS. Desde el espacio de “Acidez” siempre tuvimos toda la libertad. Una vez hablábamos con Maxi Sanguinetti y él me decía “voy a hacer una tira con todos los órganos sexuales y van a hablar y voy a demostrar que en Paraná a nadie le importa nada”. Dicho y hecho. Miraban los problemas que tenían estos personajes, pero no los criticaban.

—¿Cuándo comenzaste a firmar como Jaimo?
—Desde el principio, desde los 12 años, porque es como siempre nos dijeron a papá y a mí.

(más información en la edición número 1064 de la revista ANALISIS del jueves 10 de agosto de 2017)