Por A.S.

—¿Cómo le va?
—Bien, contando las horas para que se termine esta primera parte electoral del año. Me tiene medio harto.
—Ya que está con el tema, ¿tiene alguna encuesta sobre las PASO en Entre Ríos? Son este domingo y no vi ninguna que se haya publicado sobre el panorama en nuestra provincia. Todo es Cristina, Massa, Carrió…
—Ahá. El país sigue terminándose en la General Paz. Qué novedad.
—No, pero uste´ hasta hace poco trabajaba para el grupo ese, ¿cómo se llamaba?, El MP3, el LCD…
—Ah, uste´ dice el GPS.
—¡Eso! ¿Qué era que significaba?
—El GPS, el “Grupo Peronista de Supervivencia”.
—¿Sigue funcionando?
—¡Pero claro! ¿Por qué se cree que Bordet está gobernando?
—Ah, bueno. Humildito.
—Realista. El GPS, aunque si me pregunta en público negaré su existencia, es un equipo confidencial, un ThinkTank asesor del PJ entrerriano…
—¿De todo el PJ?
—Nah. No somos tontos. Asesoramos al que firma los cheques. Por eso ahora es Bordet.
—Y su trabajo principal sigue siendo…
—Que ante cada crisis del peronismo a nivel nacional nos ocupamos de analizar cómo reconvertirse y seguir adelante, sin abandonar lo esencial.
—Que son los principios...
—Sí, seguro. No sea pavo. Los cargos y la chequera.
—Ahá. Creo que se lo dije antes, pero está bien puesta la sigla.
—Pero sí. Raro que un periodista de sangre como uste´ no la recordara. Bueno, le decía que en el GPS les recomendamos no encargar ninguna encuesta y, en cambio, usar ese dinero en seguir haciendo justicia social en este período, favoreciendo a todos los pequeños medios de la provincia, que a raíz del infausto sistema de las PASO no reciben pauta de los espacios cedidos por el Estado nacional.
—Ah, ¿y eso es una cuestión de justicia social?
—¡Por supuesto! ¿O acaso es justo que reciban todas las radios y TV pertenecientes a los grupos consolidados y, en cambio, las pymes del sector estén impedidas de recibir, por detallecitos, minucias, como el hecho de no estar inscriptas, deber impuestos, tener a la gente en negro o cositas así?
—Sí, minucias.
—En este país, ni lo dude. Mi-nu-cias. Fijesé que la Justicia argentina no pudo, no quiso, no supo, investigar un 08 trucho. ¡Vaya a pedirle que esclarezca AMIA o investigue Odebrecht, o los Panamá Papers!
—O a la expresidenta. Pero uste´ dice por Boudou, ¿no?
—Claro. Algún cuervo, algún abogado, debería desasnar a tanto ignaro que celebra en las redes. Boudou no está libre porque sea un santo inocente. La causa prescribió, que no es lo mismo.
—Sí, pero a los efectos legales es lo mismo. Sigue siendo inocente.
—Obivo. Y a los efectos legales a Al Capone no lo condenaron por asesino ni por mafioso, sino por evadir impuestos. Y puedo recitarle un seleccionado completo de funcionarios y ex funcionarios que deberían estar presos y no lo están. Completamente inocentes. Como Cavallo, por poner otro ejemplo de causas que proscriben.
—Tiene razón. Igual, lo que hablábamos era otra cosa.
—¿No era que a los grandes nunca se los condena y que a los chiquitos siempre se los entrampa?
—Sí, pero no veo qué tiene que ver con la cuestión de los espacios cedidos.
—Ah, es que con ese bolazo de los espacios cedidos, muy lindo el sistema en los papeles, pero en la práctica, la plata va a los mismos lugares de siempre. Entonces, desde el GPS le sugerimos a Bordet, el nuevo líder indiscutido del peronismo entrerriano, que no use la guita en encuestas, sino que la reparta entre quienes no recibieron espacios cedidos. Una manera bien peronista, en parte por lo ilegal, de hacer un poco de justicia distributiva.
—Disculpe… ¿Dijo “el nuevo líder indiscutido del peronismo entrerriano”? ¡Diez listas hay?
—¿Y?
—Cómo “¿y?”.
—Pero amigo, ¿uste´ no aprendió nada de todos estos años de peronismo, perdón, de periodismo?
—¿Qué me quiere decir con eso?
—Lo de las diez listas es una maniobra deliberada de Bordet. Es para que no se vaya nadie, para que nadie le pueda reprochar nada y para que, después de las PASO, quede claro quién manda en el peronismo.
—¿Y quién manda?
—Bordet, claro. Y en parte gracias a nosotros, al GPS. ¿Quién se cree que le recomendó despegarse del Urri y de Cristina?
—Pero si a Urribarri lo tiene adentro del Gobierno, y con enorme poder…
—Hasta que vaya preso. Día cada vez más cercano.
—Na. Uste´ está delirando.
—Mire. El kirchnerismo, a menos de dos años de irse del poder nacional (y pese a haberse quedado en el poder provincial), en Entre Ríos ya no tiene una expresión clara: Bordet y su lista ni mencionan "la década ganada"; Urribarri está escondido y viendo cómo afrontar las causas judiciales y los operadores del PJ dicen en público que quieren (espere, le cito textual) "neutralizar lo más posible la resurrección de Cristina".
—¿Y todo eso se lo recomienda uste´? No le creo.
—Creamé.
—Bueno, pero volviendo al tema. ¿Cómo es que no hay encuestas? Escúcheme: a mí me llamaron dos veces para encuestarme, pero después no las veo en ningún lado. Y ningún sector da a conocer encuestas.
—Alguna vez ya se lo expliqué, pero veo que hay que repetirle las cosas. Entre Ríos es una provincia complicada para hacer encuestas. Es muy desparramada. No hay una ciudad enorme y después nada como, pongalé, San Luis. Acá si uste´ quiere tener un resultado razonable tiene que tomar muestras en cinco o seis ciudades distintas. Y eso no hay quién lo pague. No vale la pena.
—¿Entonces?
—Entonces nosotros le hicimos un par de encuestas telefónicas a Bordet, pero sólo para consumo interno. Y no se lo diga a nadie, pero no le dan bien al PJ.
—Mire uste´.
—Ajá. Es la única info que puedo darle.
—No sea así, dígame más.
—En el GPS creemos que es porque Bordet no se despegó lo suficiente del kirchnerismo. Y también por la continuidad de Urribarri en el Gobierno.
—Eso es opinión. Yo le estoy pidiendo más info.
—¿Quiere más info? Los dos peores lugares para el oficialismo son, en ese orden, Victoria y Gualeguaychú.
—¿Gualeguaychú?
—Sip. Por eso está Bahillo ahí. Pero no alcanza, parece. Igual, hasta el domingo de las elecciones no sabremos, porque la última la hicimos el viernes, y ya no haremos más.
—¿El viernes? ¡Ese día me llamaron a mí!
—Yo no le miento, qué se cree.
—Igual, Entre Ríos electoralmente es un lío.
—Seguro, aunque no sé si uste´ lo dice por las mismas razones que yo.
—¿A ver?
—Arranque uste´.
—Para empezar, en el cuarto oscuro va a haber 15 listas, y eso sólo ya es ventaja para los nombres más conocidos. A su vez, ahí empieza el lio: va a haber gente que va a buscar a Cristina, o a Massa, o Randazzo, o a Carrió, y obviamente no los va a encontrar.
—Sí. Pero eso pasa siempre.
—Añadalé que de las 10 listas que se presentan en las PASO en el PJ, solo la de Jorge Barreto reivindica explícitamente su kirchnerismo, y un poco la de Vallori.
—Cierto. Tampoco es un dato muy fuerte. Por dos razones: primero, los kirchneristas puros son una minoría dentro de la minoría. Y casi ninguno, encima, peronista. El Nuevo Encuentro, por ejemplo. ¿Qué lista apoya?
—No se sabe.
—No. Porque no tienen instrucciones claras. Porque Cristina jerarquizó Buenos Aires y dejó en el aire al resto de sus seguidores en el país. Casi, casi, un sálvese quien pueda.
—¿Y la segunda razón?
—Ah, cierto. Segundo: los que fueron los más kirchneristas entre los kirchneristas también están en la lista de Bordet, aunque es posible que no lo sean por mucho tiempo más. En eso tienen experiencia… ¿Qué más?
—En Cambiemos hay tres listas y las acusaciones públicas que se lanzan entre ellos son peores a las que les arrojan desde el PJ oficial.
—Cierto. Pero las otras dos listas son insignificantes. Nada parece que pueda modificar el apoyo del gobierno nacional a la lista de Benedetti, el caballo del comisario.
—Y después, por izquierda, para completar el panorama de confusión, en Entre Ríos el Partido Socialista y sus aliados armaron, otra vez, con Martínez Garbino encabezando. De Busti al PTP, el gualeguaychuense, sin escalas.
—También. Pero supongo que uste´ sabe que el PS, igual que la izquierda dura, tienen como principal objetivo superar el 1.5%, para no desaparecer. No más que eso.
—Claro. Ah, y no se olvide de que en Entre Ríos no existe el FIT.
—No, pero está el MST. Con la lista que encabeza Nadia Burgos. Una linda lista para la universidad.
—No sea despectivo.
—¡No lo soy! Ellos mismos, cuando difundieron sus nombres, hicieron hincapié en eso. Casi todos son docentes o estudiantes universitarios, incluso marcaron que dos o tres son “tesistas”. ¿Sabe cuánta gente tiene idea de qué diablos es un “tesista”?
—Seguro que Rodríguez Larreta sabe esas cosas. Él que tiene un conocimiento de lo académico tan fino, como por ejemplo, sobre paleontología.
—Ja. No joda. Pobre Larreta, lo suyo con los dinosaurios va a quedar para el recuerdo, casi casi como lo de Susana Giménez.
—Y bien merecido. El gobierno anterior había apostado al revisionismo histórico. El actual, al revisionismo prehistórico.
—Los anteriores hicieron el Instituto Juan Manuel de Rosas. ¿Y éstos?
—Me parece que se viene el instituto Jurassic Pro.
—Es buena ésa.
—Sí, y como Pacho O’Donnell es tan firme en sus ideales, no me extrañaría que lo dirija también él.
—Volviendo, ¿uste´ cómo ve las elecciones?
—No le doy mucha pelota, creo que en eso estoy emocionalmente como la mayoría de los ciudadanos: con muy pocas ganas de apostar a una elección para que cambien las cosas. No creo que por ahora la cosa pase por allí. Sin embargo, por otro lado, veo datos puntuales que me permiten evaluar positivamente el proceso que vive la sociedad argentina. Ojo, la sociedad. No el gobierno. Ni el nacional, ni el provincial, claro.
—¿Cómo es eso?
—¿Escuchó aquella frase de Antonio Gramsci ante el fascismo, en la que hablaba del “pesimismo de la inteligencia” y el “optimismo de la voluntad”?
—Sí, claro.
—Esa consigna describe la actitud de la izquierda italiana (al menos la actitud que Gramsci les reclamaba) en medio de la dictadura mussoliniana en los años treinta. Había que apostar a la voluntad, aunque la razón mostrara que todo estaba muy mal, para no dejarse vencer por la adversidad.
—¿Entonces?
—A mí me pasa al revés. Yo tengo un “optimismo de la razón” y un fuerte “pesimismo de la voluntad”.
—¿Cómo sería eso?
—Aunque no tengo voluntad de aportar demasiado, veo razones interesantes (y que me parecen objetivas) para pensar que la sociedad argentina no está perdida. Aunque uste´ crea que apoya la represión y cosas así.
—No se me disperse y vaya a los datos.
—Primer dato: todas las encuestas muestran (y no de ahora, sino desde 2015) que dos tercios de la sociedad argentina no quiere saber nada con lo que fue la estafa ideológica, política y moral del kirchnerismo.
—¿Y eso es positivo? Si como consecuencia de eso ganó Macri.
—Bueno, ahí voy al segundo dato. Una enorme porción (que varía según los encuestadores, pero siempre es grande) no está satisfecha con el rumbo del actual gobierno. Y todos los días agregan una metida de pata grande como un dinosaurio, como los 200 años que vamos a vivir antes de jubilarnos o las ideas cavernícolas de Bullrich en Buenos Aires y Benedetti en Entre Ríos. Este gobierno tiene una enorme facilidad para encontrar un problema para cada solución.
—Ah sí, no tienen gollete. Ya entro a dudar de si esas provocaciones son planificadas por Duran Barba o mérito exclusivo de los funcionarios.
—Yo sigo pensando que hacen la prueba. Hasta me imagino los diálogos. “A ver, tirá lo de extender la edad jubilatoria. Si no hay mucho escándalo, vamos con eso. Si no, probamos más adelante”.
—Puede ser. Pero siga con lo de los datos, que me interesa más.
—Tercer dato: según todas las encuestas (y también según algunas reacciones sociales que han sido claras señales) no hay ninguna posibilidad de que éste o cualquier otro gobierno vuelva atrás en aquellas políticas públicas que la sociedad mayoritariamente ha considerado positivas. ¿Está de acuerdo?
—Me parece que sí.
—¿Me daría algunos ejemplos?
—A ver: Asignación Universal por Hijo, recuperación del sistema público de jubilaciones, recuperación de YPF, política de derechos humanos…
—Y sigue la lista. Pero basta recordar lo que pasó con el 2x1.
—Cierto. Aunque no sé si la gente saldría masivamente a protestar ante cada uno de esos casos.
—Por eso el Gobierna prueba. Ellos tampoco saben bien cuáles de sus medidas más retrógradas tienen más chances.
—Pero eso sigue siendo opinión suya. ¿Hay más datos?
—Sí. Cuarto dato: esos dos tercios no encuentran una opción que les resulte convincente para avanzar hacia un país distinto. Si se polariza, me parece, esa amplia mayoría prefiere que gane el gobierno, aunque les convence cada vez menos. Pero a Massa le desconfían, la izquierda dura no parece opción por lo imprevisible (entre paréntesis: para esas mismas personas, el FIT le erró feo al votar a favor de De Vido). Y los sectores de centro izquierda están atomizados y sin rumbo.
—Hmmm. Interesante. ¿Tiene más datos?
—No, lo demás ya son opiniones. A mí me parece que es el mejor momento para que una izquierda democrática, seria pero no solemne, decente pero no pacata, defensora del ambiente y de los derechos individuales, de las instituciones pero con un firme compromiso con la igualdad, haga pata ancha.
—Ja. Si existiera algo así.
—Ah bueno, eso ya es otro cantar. Por un tiempo pareció que existía, y algunos siguen viendo como lo más cercano a eso al gobierno de Santa Fe. El sólo hecho de no haber dejado entrar a Odebrecht es un detallecito que los diferencia. Igual, no veo en lo inmediato que alguien esté construyendo esa opción, si es que ahí apuntaba su comentario.
—Claro. Igual me parece interesante su mirada. No lo veía de ese modo.
—Eso es lo bueno del diálogo.
—Eso sí: el domingo llega a ganar el peronismo en todo el país y me parece que va a tener que ajustar su mirada desde el principio.
—Cierto. Pero yo no hago pronósticos ni asesoro a ningún gobierno. Solamente opino en base a algunos datos. De eso se trata el periodismo, entre otras cosas.
—Después de las PASO hablamos. A ver si acierta, ¿le parece?