La falacia del “tú también” en el país del “yo no fui”

Edición: 
1061
¡Teléfono en la Redacción!

Por A.S.

—¿Cómo anda? ¿Contento?
—¿Debería estarlo?
—Y sí. Todo tiene un final, todo termina.
—¿Anduvo escuchando rock nacional del viejo y bueno?
—Siempre. Pero me refería a la nueva salvajada del gobierno, con la cuestión de las pensiones por discapacidad.
—Ah. Sí. Qué cosa, este país nuestro bendito, ¿no? El gobierno da de baja unas 80 mil pensiones de discapacidad y, cuando salta la indignación, para justificarse muestra que en 2015 el gobierno anterior dio de baja unas 170 mil pensiones por razones similares.
—Y que entonces nadie dijo nada.
—Claro. La indignación selectiva, que le dicen.
—La grieta sigue intacta, pero cada vez apesta más. Ahora, como la indignación es selectiva, hay unas cuantas medidas que no generaron ningún tipo de aclaración ni rectificación, ni mucho menos vuelta atrás. Por ejemplo, el aumento de las dietas.
—Ja. Ahí no hay grieta.
—O la quita de las retenciones a las mineras. O Vaca Muerta, cada vez más en manos de las multinacionales. O los acuerdos con China. En esas cosas, no hay mucha diferencia con el gobierno anterior.
—Cierto. La duda que me queda es si cada macana que se mandan la van a justificar así. “Los otros también lo hicieron, así que, ¿por qué nosotros no?”.
—Es hacer trampita eso, ¿nocierto? Si vos robás, yo también puedo hacerlo.
—Tal cual. En filosofía eso se conoce como “la falacia tu quoque”, que en latín significa precisamente “tú también”.
—Mire uste´. ¿Así que eso también está estudiado?
—Claro. No hay nada nuevo bajo el sol. Y como bien decía uste´, es un argumento tramposo, una manera de atacar a un razonamiento atacando en realidad a quien lo propone.
—Bueno, pero lo importante es que decidieron dar marcha atrás.
—Eso anunció la ministra. ¿Vio que las únicas buenas noticias que sigue dando el gobierno son las rectificaciones de sus propios anuncios? Pero mejor desconfíe.
—¿Por?
—Porque si miramos la letra chica de lo que dijo la funcionaria, la cosa cambia un poco. La ministra Stanley prometió "restablecer todas aquellas pensiones de personas que tienen una discapacidad que por error de aplicación de criterio pueden haberse quedado sin cobrar la pensión en este último cobro".
—¿Y?
—Que acá no hubo errores. Lo que hubo es un criterio que revela la forma de pensar, una vez más, de este gobierno, según el cual el hecho de padecer una discapacidad no alcanza para merecer el apoyo de la comunidad, expresada por el Estado. Como el gobierno cree (y pongo énfasis en eso de que “cree”) que hay pensiones mal otorgadas, las elimina a mansalva. Es la misma lógica falaz con la que se hacen, por ejemplo, los bombardeos masivos. Y no estoy exagerando. Analizar cada caso les parece mucho trabajo.
—¿Uste´ dice que esas pensiones no están mal otorgadas?
—No. Digo que una cosa es la corrupción, es decir, si hay personas que no padecen ninguna discapacidad recibiendo pensiones como si tuvieran una discapacidad. En ese caso, hay que detectar cada situación y suspenderla. Y a otra cosa. Pero no es eso lo que hizo el gobierno. Lo que hizo fue establecer un criterio que literalmente viola derechos humanos, ignora que en la Argentina adherimos a la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, que reconoce como un derecho humano el de asegurar a esas personas que puedan desarrollar una vida libre de obstáculos.
—No sé si le entiendo.
—Le doy un ejemplo. Para el gobierno, que una persona adulta tenga síndrome de Down, o no pueda moverse por sus propios medios, o padezca displasia de Kniest, no son suficientes motivos para recibir una pensión. Para ellos, todo eso no es obstáculo para trabajar, así que basta de pensiones para esa gente.
—Ahhh. Ahora le entiendo. Cada persona con discapacidad debería mostrar que no puede trabajar. Ni siquiera que no puede conseguir trabajo.
—Algo así. No lo digo yo. Lo dijo el presidente de la Comisión Nacional de Pensiones Asistenciales, Guillermo Badino. Le leo: “Una persona con síndrome de Down no es sujeto de derecho de esta pensión. Puede trabajar si lo deseara, quizás le pueda caber la asignación universal por hijo”.
—Qué bárbaros. Ahora… son medio salames, ¿no? Torpes. No sé, como quiera llamarle. No se puede creer que tomen medidas como éstas.
—¡Encima en año electoral! Imagínense lo que pueden llegar a hacer si la población los apoyara masivamente.
—Ni quiero. Pero difícilmente pase eso, ¿no?
—No parece.
—Según las encuestas, en eso hay coincidencia total entre los encuestadores. La mayor parte de la ciudadanía está desconforme con este Gobierno, pero al mismo tiempo no quiere saber nada con los corruptos que se fueron en 2015. Y esos corruptos lo saben, por eso ya están reconvirtiéndose, lo más rápido que pueden.
—¿Uste´ cree? Yo los veo a todos muy orondos en sus cargos…
—Sí, pero mire los detalles. ¿Se dio cuenta de que el Frente para la Victoria ya no existe más, no?
—¿Cómo que no existe más?
—Desapareció. Se acabó. Es historia. En Entre Ríos el peronismo inscribió una alianza que se llama Frente Justicialista Somos Entre Ríos.
—Sí, y la forman el PJ que conduce Bordet, el conductor natural…
—El conductor natural es el que firma los cheques.
—Naturalmente.
—Pero no crea que sólo pasa en el peronismo.
—Naturalmente. Je.
—Bueno, pero sigo. A ese frente lo forman el PJ; el partido de Jorge Busti, que se llama FEF, y cuatro partidos más, que en realidad no existen: el Frente Grande…
—¿El de Chacho Álvarez?
—Ese mismo. El Movimiento por Todos; el Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo; y el Partido Compromiso Federal.
—¿El Partido de la Cultura, la Educación y el Trabajo? ¿Y ése cuál es?
—El de Hugo Moyano.
—Me está jodiendo. ¿El partido de Moyano en Entre Ríos es socio de Urribarri?
—Ajá. Y también Busti, le recuerdo.
—¿Y todos los ex comunistas del Frente Grande?
—Bueno, “todos” suena como mucho... Son tres o cuatro funcionarios del peronismo que mantienen la personería jurídica para facilitarle al PJ formar frentes. Igual que el Movimiento por Todos, que ya ni se acuerda de quiénes son sus propios dirigentes. Ambos, dicho sea de paso, le cobran en cada elección al PJ algunos pocos pesos o algunos pocos cargos.
—Es un negocio.
—Un trabajo, como cualquier otro. No sea demasiado duro con esa pobre gente, que no sabe de qué otro modo ganarse la vida.
—Ahora, eso es en Entre Ríos. Pero en el resto del país, me imagino que el kirchnerismo, el Frente para la Victoria, debe seguir existiendo.
—Se imagina mal. Bueno, en realidad, en Santa Cruz sigue existiendo. O por lo menos se presenta con ese nombre.
—Bueno, justamente allí…
—Sería el colmo, ¿no? Pero en la provincia de Buenos Aires, el único lugar del país en el que Cristina aun manda en el peronismo (sacando Santa Cruz, que es casi como ser emperador de un cementerio), formó un frente que se llama Unidad Ciudadana, ¡que no incluye al PJ!
—Ah sí, porque es toda una manganeta, como decía mi abuela, para dejar afuera a Randazzo. Una estrategia bastante absurda. Yo creo que la droga que consume le está haciendo mal.
—¿Qué droga?
—La soberbia. Produce cerrazón, negación de la realidad y finalmente aislamiento.
—Puede ser. He visto fanáticos cristinistas contentos porque Randazzo se lleva a gente como Pichetto, Abal Medina, Emilio Pérsico y Alberto Fernández.
—Razonamiento raro, ¿no? Fíjese los nombres: todas figuras clave durante el Gobierno anterior. El ex presidente de bloque del FPV en el Senado, dos ex jefes de Gabinete, el líder de uno de los principales movimientos sociales que apoyó al kirchnerismo y bastante tiempo responsable de la Secretaría de Agricultura Familiar. ¿Ahora descubren que eran malos?
—Raro, sí. Además de que no parece molestarles que se queden junto a ella otros como Aníbal Fernández, De Vido, Boudou, Esteche…
—Estarán esperando que se vaya otro y se los lleve. Hasta quedar ellos solitos, con Cristina, santa, impoluta. El fanatismo, del lado que sea, termina destruyendo la conexión entre las neuronas. En serio.

(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS del jueves 22 de junio de 2017)

Gustavo Bordet aseveró que no tiene nada que ver con los hermanos Tórtul, investigados en una causa por corrupción que lleva adelante la jueza federal Sandra Arroyo Salgado.

Gustavo Bordet aseveró que no tiene nada que ver con los hermanos Tórtul, investigados en una causa por corrupción que lleva adelante la jueza federal Sandra Arroyo Salgado.

Carlos Reggiardo y Domingo Daniel Rossi. (Foto: ANÁLISIS)

Deportes

Sionista

Sionista falló en los momentos claves y perdió en su visita a Gimnasia y Esgrima de Santa Fe.

Boca

En Brasil, Boca visitará a Fortaleza e irá por otro paso en la Copa Sudamericana.

Bonelli

Nicolás Bonelli quedó conforme con las pruebas que realizó en el Autódromo de La Plata.

River

River le ganó a Libertad, en Paraguay, y amplio su gran momento en la Copa Libertadores.

Pulga

Alberto Pulga Ríos fue uno de los mejores jugadores que entregó Paraná al fútbol nacional.

Racing festejó en Chile ante Coquimbo y sigue con puntaje ideal en la Copa Sudamericana

"La Academia" se impuso 2 a 1 en territorio trasandino y suma nueve puntos de nueve posibles.

Sóftbol: Argentina integrará el Grupo B en el Mundial de Canadá

Los campeones panamericanos tienen rivales para la Copa del Mundo. (Foto: WBSC)

Fútbol: el primer triunfo de Patronato y un empate en el sur completaron la tercera fecha

El último campeón le ganó 4 a 2 a Ministerio en La Capillita (Foto: Prensa Patronato).

Por Néstor Banega (especial para ANÁLISIS)  

En la capital entrerriana una multitud en favor de la educación pública.

Por Edgardo Scarione (*)  

(Foto: NA)

(Especial para ANALISIS)

Judiciales

Los fiscales Gamal Taleb y Leandro Dato coincidieron en señalar que la denuncia de la defensa del ex gobernador es “claramente de una pretensión de –indebidamente- dilatar un destino que no es otro que la cárcel para Urribarri”.

Los fiscales Gamal Taleb y Leandro Dato coincidieron en señalar que la denuncia de la defensa del ex gobernador es “claramente de una pretensión de –indebidamente- dilatar un destino que no es otro que la cárcel para Urribarri”.