Silvio Méndez
La licitación del puente entre Paraná y Santa Fe está previsto que se realice en septiembre próximo, según lo anunció el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, el pasado 13 de marzo y lo confirmó el propio Presidente Mauricio Macri en su visita a la ciudad el 19 de abril.
Con esta instancia comenzaría a desandarse la concreción de un proyecto largamente anhelado, incluso desde el mismo momento que se inauguró el Túnel Subfluvial, hace ya 47 años. En una discusión más reciente también podría cerrarse la controversia por la definición sobre las cinco trazas posibles que han estado en danza para el enlace, desde que se comenzó a hablar en firme de la obra, en 2009.
Pero el paso sobre el río Paraná que ha sido elegido para el puente entraña un problema de dimensiones hasta ahora imprevistas y que de tan solo enunciarlo comienza a causar revuelo y preocupación.
Según lo conocido –y en esto se ha arribado a un consenso–, el paso desde la costa de Entre Ríos estará “en la zona de la Toma Vieja”, precisó el intendente Sergio Varisco. “Allí se realizará el cruce del río y se construirá una ruta nueva, una autovía de dos calzadas, en diagonal hasta la ruta 12 a la altura de la estación de servicios YPF”, explicó el jefe municipal en oportunidad de trascender la novedad dada por Dietrich.
En cambio, en territorio santafesino se barajan dos alternativas en cuanto a rutas de acceso a la vecina ciudad. Es por eso que previo al llamado a concurso de precios, esta situación se debería resolver.
Varisco destacó la importancia de la infraestructura en cuanto a su presupuesto, que en principio ronda un costo estimado en los 1.100 millones de dólares.
Así las cosas, las tratativas están aceleradas. Incluso este mismo marzo la consultora Atec SA a cargo de la evaluación de posibles caminos que compongan el sistema de comunicación vial, valoró dos trazados que del lado Santa Fe cuentan con mayores chances de ser elegidos.
En uno se plantea que, una vez cruzado el río desde Paraná, siga una ruta de ingreso a Santa Fe ciudad, por el norte, continuando una línea que pasa a la altura de Arroyo Leyes, bordeando por arriba de San José del Rincón, y desde allí atravesando la laguna Setúbal hacia los límites del ejido de la vecina capital.
El otro bosquejo plantea un ingreso a la Ciudad Cordial por el sur. Luego del cruce del Paraná, se plantea una traza casi en paralelo a la Ruta 168, con ingreso por el Canal de Acceso hacia el nuevo Puerto de Santa Fe, a la altura de Santo Tomé.
Esta última es la favorita del intendente de Santa Fe, José Corral, ya que apuesta al desarrollo de un polo de negocios con epicentro en el nuevo puerto. Incluso El Litoral ha consignado que también es el ingreso elegido por el propio ministro Dietrich.
Ambos diseños, cuentan con pro y contras, en cuanto a limitaciones topográficas, propias de situarse en zonas de bajos, así como de congestión del flujo vehicular según se privilegie uno u otro ingreso. Sobre este dilema deberá emitir un dictamen definitivo la Dirección Nacional de Vialidad.
Igualmente, ambos diseños, como se mencionó, prevén el puente sobre el río Paraná en un mismo lugar: aguas arribas del actual paso por el Túnel Raúl Uranga – Carlos Sylvestre Begnis. Y precisamente este punto, en el cual habría consenso en ambas orillas, es el que ahora se revela como controvertido, a partir de las observaciones de un experto naval que ve en este cruce un peligro inminente no previsto hasta ahora para el Túnel.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS del jueves 22 de junio de 2017)