Antonio Tardelli
La fórmula (“la degradación de los partidos políticos”) no podría ser más exacta. No hay término más adecuado que “degradación” para describir el rol al que las estructuras partidarias han sido relegadas, por ejemplo, en la instancia actual de definición de candidaturas. Se trata de un momento clave para nutrir la idea de representación: la sociedad, organizada conforme diferentes núcleos de ideas, procede a escoger, mediante sucesivos filtros, sus mejores exponentes para delegar en ellos la administración de la cosa pública, de la res pública.
Pero son los propios dirigentes, partícipes y eventualmente beneficiarios del procedimiento, quienes han vaciado de sentido a los partidos confesando de esa manera que la política, irracional competencia por alcanzar el poder estatal, prescinde de sistemas de valores compartidos. Hace a un lado los programas. Se desentiende de las plataformas. Abjura de los proyectos. Las estructuras partidarias hacen lo indecible por evitar que las primarias sean lo que debieran ser: un democrático mecanismo instituido con el objeto de que las organizaciones políticas definan de manera horizontal su dirección y designen a la vez sus hombres insignia.
Sacrificando las posibilidades más virtuosas de los partidos, que entre sus ventajas cuentan la posibilidad de seleccionar postulantes evitando las imposiciones de las cúpulas, los dirigentes políticos llegan al absurdo de conformar nuevas estructuras que les aligeren los problemas. Construyen efímeros espacios para hacer prevalecer su voluntad sin perder tiempo con ese rollo del voto popular. Proliferan los frentes. Resucitan connotados sellos de goma. Las alianzas conciben nombres de fantasía como si fueran productos de supermercado.
Ha llegado el momento, decepcionante en sí mismo, de añorar la existencia de aquellos partidos que enojaban por su cerrazón. Que indignaban por su aislamiento. Que fastidiaban con su endogamia. Pero aquel pasado aborrecidono era peor que la política partidaria de hoy.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS del jueves 22 de junio de 2017)