Jorge Riani
Los docentes, ese colectivo laboral que tiene voz a través de su sindicato, está trabajando convencido de que el sueldo que recibe a fin de mes es injusto por insuficiente. Es que antes de comenzar las clases lo dijeron y nada cambió mucho desde entonces, excepto que la inflación continúa su lento pero sostenido avanza devorando el poder adquisitivo a su paso.
Como las termitas que comen del tronco, la inflación deglute el salario. “La inflación fue del 2,4 por ciento en el mes de marzo. En siete meses se consume la oferta de Bordet”. La frase corresponde al dirigente gremial docente Víctor Hutt, fue escrita en las redes sociales y representa una pequeña muestra de una mirada integral que el referente sindical hace sobre la evolución del salario docente.
En contacto con ANÁLISIS, Hutt habló sobre el comportamiento del salario testigo de maestro sin antigüedad, en comparación con la inflación. El primer problema que se debió resolver al momento de plantear la observación es que mientras los salarios son reales, nominales, mensurables, la inflación –que en verdad también lo es– puede ser una u otra según la fuente que se tome.
Hasta 2007 se tomaron los datos del INDEC, y desde allí hasta 2011 se consideraron los datos del Índice del Precio al Consumidor (IPC), que es la variable económica en el que se valoran los precios de productos que integran la canasta familiar. También se han tomado encuestas realizadas desde el Congreso y se hizo una combinación entre todos los métodos para sacar un parámetro lo más ajustado posible a la realidad.
Según el trabajo de Hutt, del 1999 hasta 2004 el salario docente estuvo congelado. El primer aumento desde el 1999 fue recién en enero del 2004, “pero la inflación fue importante en esos años, por eso nuestro peor momento fue a fines de 2003”, dijo el estudioso del salario y sus vaivenes.
A partir de 2004 se dieron varios años de recuperación salarial, pero se produjo una importante caída en 2009. Las pérdidas no se detuvieron en 2010 y 2012, pero sin embargo en 2013, en 2014 y 2015 se recuperó salario. No hablemos de mejorar la situación, sino de caer más debajo de donde se estaba. Pero las buenas noticias habrían de desaparecer den 2016, es decir el año pasado en que “la pérdida se hizo importante”. “Depende los datos que tomemos podemos hablar de una pérdida de hasta el 10 % en 2016”, dijo el docente y gremialista.
Por ese motivo es que en el reclamo salarial actual pide recuperar lo perdido en 2016. Hasta que el gobierno de Gustavo Bordet no dé respuesta a eso, aseguran desde los sindicatos docentes, el problema estará destinado a salir a la superficie de tanto en tanto, abonado por un descontento que no cesa, ni cesarán, en tanto no cesen las condiciones que lo generan.
(Más información en la edición gráfica de la revista ANALISIS del 27 de abril de 2017)
