Por Camila Fernández

En 2004 Sosa fue incorporado como miembro oficial del Birmingham WatercolorSociety (la más importante sociedad de acuarelistas del Reino Unido). Falleció en Sierra de los Padres (Buenos Aires) en 2007 dejando un legado de originalidad y crudeza que marcó un precedente en el arte de la historieta y la ilustración.

La donación
—Si la hija de Zoppi lo hizo, me pregunté: ¿por qué nosotras no hacemos lo mismo?

Flora Becker, viuda de Rubén Sosa, nos brindó un generoso relato a partir del cual, quizá, podamos “hacer como si” estuviéramos en el momento en que este artista usó sus viñetas como ventanas sin metáforas al mundo,para contar lo que sucedía en Argentina durante la última y más sangrienta dictadura militar.

Flora y sus hijas, Muriel e Ileana, donaron 500 trabajos originales de Sosa a la Biblioteca Nacional en 2015, permitiendo la repatriación de gran parte de su obra. De esta forma las historietas e ilustraciones comenzaron un itinerarioúnico por el país, gracias a la gentileza de la Biblioteca que se dispuso a traer una muestra, en esta ocasión, a Paraná. No hay que vacilar al afirmar que la ciudad está siendo protagonista de un acontecimiento artístico. Más aún cuando el sobresaliente dibujante es apenas conocido en nuestro país debido a que la mayor parte de su trabajo fue realizado en Brescia(Italia).

—Era absurdo que las obras quedaran guardadas, arruinándose —expresó Flora en un perfecto castellano con acento italiano—.
Ya lo había hecho Claudia Zoppi —hija del dibujante Eugenio Zoppi, creador deMisterix y de Alan y Crazy— con historietas y fanzines de su padre, originales ydiapositivas de sus clases, entre muchos otros materiales.Desde los organizadores, esta exposición es pensada como un agradecimiento a esa donación, como un reconocimiento al artista y a la vez como un acto político de repatriación y divulgación de su obra.

El comienzo de la historia

“Nunca conocí una historieta más negra, más desesperante que `Un hombre normal´. Durante varios meses la estuve leyendo una y otra vez, siempre con la misma angustia, dudando si publicarla o no a causa de su realismo”, escribió Georges Wolinski a la hora de presentar la historieta en la revista francesa Charlie Mensuel, en enero de 1978.

Por aquellos años el dibujante era jefe de redacción de la revista. En ese entonces expresó: “Cuando veo actos sádicos descriptos con tanta precisión generalmente desconfío, pues la mayoría de las veces se insinúa una cierta complacencia, aunque se trate de denunciarlos con violencia. No quiero jugar al juego hipócrita de ciertas revistas que hacen que se indignan de las atrocidades que cuentan para congraciarse con una clientela que nada tiene que ver con usted, amigo lector”, afirmóWolinski, asesinado junto a 11 personas más en la masacre de Charlie Hebdo el 7 de enero de 2015.

(Más información en la edición gráfica número 1055 de la revista ANALISIS del jueves 30 de marzo de 2017)