Claudia Martínez
(Especial para Análisis)
Cristina Cremer no pierde su tonada, siempre dice que es “su marca”. Esperó a ANÁLISIS en su departamento de calle Mitre, su casa desde que se instalaron en Paraná, hace muchos años, con quien es su esposo, el ex gobernador Jorge Busti.
Se ubicó en el amplio sillón del living soleado y sirvió agua en dos vasos para preparar la larga charla, distentida.
“Me gusta más la función ejecutiva que la legislativa, porque vos resolvés en el momento. En cambio, en la legislativa todo lleva un proceso largo, estar, venir, ver, corregir. Hay cosas que se quedan en el camino”, afirma.
Mientras cuenta esto despliega unas hojas que sintetizan su trabajo en la Cámara de Diputados. “De estos proyectos,18 son proyectos de ley. Hemos pedido por las rutas, por los juzgados federales, por Entre Ríos. Tenemos por ejemplo un vacunatorio, que es un terreno nacional, que está funcionado pero se le está acabando el tiempo. Fue una donación, con cargo, que ahí tenía que haber algo en función de los niños. Como se está cumpliendo queremos que pase a propiedad de la provincia”, acota.
—¿Cómo es un día tuyo en Buenos Aires?, un día común.
—Una semana sin sesión comienza cuando me levanto, temprano, a las 8 de la mañana. Para Buenos Aires es temprano porque la actividad comienza ahí a las 10. Para Buenos Aires es un horario bueno. Me voy a desayunar con mis empleados al Anexo que queda enfrente del Congreso y, mientras desayunamos, ellos comienzan a darme todas las novedades, invitaciones, notas que me llegan. Tomamos decisiones, a qué lugar vamos, a que hay que dar tratamiento especial. Después están los proyectos que llegan de acá y los que preparamos allá con mis colaboradores. Hay que buscar información, realizar búsqueda científica.Nos mandan también proyectos de la Secretaría Parlamentaria para consultarnos si queremos adherir a determinada iniciativa. Es decir, es un desayuno de trabajo. En el medio puede haber comisiones: yo estoy en la de Vivienda, Economía, Turismo, Poderes y Reglamentos y Legislación General.
—¿Y sin trabajo legislativo como es un día?
—Nada, me voy a mi departamento. Me compro un sándwich, miro un rato la televisión, porque ya son las once de la noche.Terminamos muy tarde de trabajar. Sin sesión. Al otro día pasa lo mismo y comienzo los trabajos en comisiones.
—Respecto de tu familia…
—Pablo vive en La Plata, trabaja en un diario. Lo veo una vez cada 15 días, porque ir de Buenos Aires a La Plata es todo un trastorno.
—¿Con quién te llevás bien en el Congreso y con quién no te sentarías a tomar un café?
—Me llevo bien con casi todo el mundo. Tengo buena relación y diálogo con todos los bloques. No tengo problema de relacionarme, puedo coincidir o no coincidir. Por ejemplo, hay determinadas personas con las cuales vos ya ves que no te dan ninguna entrada. Entonces, ni los mirás, ni te relacionas, ni nada.
(Más información en la edición gráfica número 1045 de ANALISIS del día 25 de agosto de 2016)
