Álvaro Moreyra
El fútbol argentino respira con el último aliento. Languidece. Desde distintos estamentos se hizo todo lo posible para que hoy el balompié argentino sea un enfermo terminal.
La muerte de Julio Humberto Grondona, hace dos años ya, destapó una olla tan grande que todavía no se pudo, siquiera, comenzar a cerrar.
Si bien en los últimos meses hubo algunos atisbos de cambio, lo concreto es que todo sigue siendo más o menos lo mismo. En este marco, la FIFA mandó una Comisión Regularizadora a la AFA, que por el momento sólo estableció cambios virtuales, pues en lo real no son tales.
Tampoco cuenta con el dinero que en algún momento pensó que tendría. Primero llegaría desde FIFA, luego desde el Gobierno Nacional (o a la inversa, pero pasó tanta agua bajo el puente que la cuestión marea). Entonces todo sigue siendo un caos, más aún cuando los clubes del ascenso, esos que menos dinero se iban a llevar en la repartija de los derechos de televisión, pusieron el grito en el cielo y armaron una revolución.
Antes de la reunión
ANÁLISIS charló con el presidente de Atlético Paraná, José Cáceres, antes de conocerse la resolución del cónclave que determinó el martes (día de cierre de esta edición) el parate del fútbol por tiempo indeterminado.
“Nuestro planteo siempre fue el mismo y es claro, coincidente con el resto de la mesa de los equipos que conforman la B Nacional: no empezar hasta que no haya un reparto mejor del dinero, porque con el actual es imposible. En un momento se nos dijo que a los clubes de la PBN se nos daría 1.500.000 pesos y de una día para el otro se redujo a menos de la mitad, incluso por debajo de lo que se recibía en la temporada pasada”, expresó el titular del Decano.
(Más información en la edición gráfica número 1044 de ANALISIS del jueves 11 de agosto de 2016)
