Pablo Rochi
Cuando en octubre del año pasado Ana Gallay visitó Paraná para jugar el Circuito Mundial de Beach Volley, en una de las tantas entrevistas que concedió a los medios locales, uno de ellos le preguntó: “¿Qué te gustaría que se publique mañana en los diarios?”.
“Que el título sea, `Gallay-Klug están en la final´”, dijo ella.
Ana Gallay no es una deportista Top de la Argentina. Es más, pocos saben que con el Beach Volley recorrió el mundo jugando los torneos más prestigiosos. No obstante, su sueño de llegar a una definición junto con su compañera de equipo, Georgina Klug, siempre fue un desafío a cumplir.
Nacida en Nogoyá, no solo logró hacer realidad lo que anhelaba desde hacía mucho tiempo, sino que además superó ese objetivo. Los matutinos de todo el país titularon que la dupla “Gallay-Klug llegaron a la final”, pero también lo hicieron cuando ganaron la medalla de Oro, sin dudas, el logro más importante a nivel internacional de este deporte en la Argentina.
Gallay fue una de los 25 deportistas entrerrianos que viajaron a Toronto, Canadá, para ser parte de los Juegos Panamericanos y, desde ya, su nombre fue uno de los de mayor resonancia en las actuaciones de todos los argentinos. El logro alcanzado tras superar a potencias como Brasil, y a Cuba en la final, significó uno de los golpes más importantes que dio el deporte argentino en tierras canadienses.
La cosecha de preseas en estos Panamericanos tuvo a deportistas entrerrianos siendo protagonistas en el medallero. Porque así como Gallay mereció la de Oro en Beach Voley, también fue un gran logro lo del palista Daniel Dal Bo (Plata y Bronce), la remera Magdalena Garro (Bronce), el ciclista Catriel Soto (Plata), la arquera de Las Leonas, Florencia Mutio (Plata), como así también los chicos del Softbol, que se quedaron con el Bronce.
Entonces, en el registro, los números son satisfactorios: 18 entrerrianos, de 25 que viajaron a Toronto, regresaron con Medallas.
En ganador
Ana Gallay nació en Nogoyá el 16 de enero de 1986. Comenzó a jugar al voley en Aldea Brasilera. Con su familia vendía pastelitos dulces para poder costear los viajes y poder jugar. Tras terminar la secundaria, estudió Educación Física en Gualeguay. En su Nogoyá natal trabajó como docente hasta que en 2007 comenzó a jugar beach volley. Lo hizo de casualidad. No obstante, se enganchó tanto con esta disciplina que decidió meterse de lleno.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS del 30 de julio de 2015)