Hugo Remedi
Los días del ultra oficialista dirigente sindical Miguel Pelandino al frente de la conducción de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) están contados. Quien lo reemplazará como candidato oficialista para enfrentar las elecciones del próximo 2 de septiembre será el actual secretario de Finanzas y trabajador hospitalario oriundo de Villaguay, Osvaldo Blanco.
La otrora combativa ATE enfrenta una feroz fractura entre el actual oficialismo, de la mano del dirigente concordiense Miguel Pelandino, y el secretario General de Concepción del Uruguay, Oscar Muntes, quien -entre otras delicadezas-trató de corruptos a los integrantesde la actual comisión directiva del sindicato que nuclea a gran parte de los trabajadores estatales entrerrianos.
De hecho, las diferencias lucen irreconciliables y en la disputa electoral que se viene (que originalmente estaba prevista para este mes) no sería temerario pronosticar que por primera vez en muchos años el oficialismo corre el riesgo de quedarse sin la conducción del gremio.
AT ha perdido su presencia en las calles, también fue diluyendo su poder de convocatoria, todo lo cual se trasluce en las asambleas de delegados, que ya prácticamente no tienen identidad como en otros tiempos. Producto de una decisión imprudente para la institución y acaso oportunista para defender cuestiones absolutamente político partidarias, se tornó demasiado oficialista. Que Pelandino (en representación de los trabajadores) en algún momento de esta última gestión haya agradecido al gobernador Sergio Urribarri (patronal) por haber pagado los salarios en tiempo y forma, a raíz de que el Ejecutivo analizaba desdoblarlo, fue un acto impresentable, gestualmente patético y sin precedentes. Si a ello hay que sumarle que en no pocas oportunidades alzó su voz para pedir que acompañen el “sueño entrerriano” que encarnó el primer mandatario con su fallido intento por ser candidato a presidente de la Nación, no es demasiado riesgoso aventurar que ATE -como viene sucediendo con varios medios de prensa- es hoy, apenas, un apéndice más del gobierno provincial, viviendo -está claro- con los aportes que hacen los afiliados, que dejan parte de sus salarios para que defiendan sus derechos y no para que anden coqueteando con la patronal de turno.
Blanco en canas
Blanco, ex integrante del Directorio de Iosper, tiene por delante un camino sinuoso de altas cumbres. Logró que su figura surgiera del consenso dentro de la agrupación que integra, la Verde y Blanca Unidad Federal, y pretende desde allí ratificar la política de gestión gremial que vienen impulsando desde que tomaron la conducción de ATE en 2007, cuando sucedieron a Edgardo Mazzarotti.
Hasta no hace muchos días,Pelandino analizaba la posibilidad de continuar al frente del sindicato e ir por un tercer mandato. Sin embargo, los condicionantes existentes “lo motivaron” a que se bajara de esa peregrina idea y dejara el lugar a otro dirigente de la agrupación, en este caso el actual secretario de Finanzas, para sumarse a la posibilidad aún más remota de ocupar un cargo a nivel nacional.
(Más información en la edición gráfica número 1022 de ANALISIS del día 11 de junio de 2015)
