Claudia Martínez
(Especial para Análisis)

Nació en el barrio Gazzano, se crió cerca del puente de Avenida de las Américas (“Seccional octava”, aclara), en calle Toribio Ortiz y Peyret. Allí paso su adolescencia y juventud. Hoy vive más cerca de la Plaza de Mayo, pero recuerda todos y cada uno de sus momentos vividos en esos lugares por los que pasó.

Rosario tiene una oficina en calle Santa Fe, donde atiende su labor como legisladora. Durante el reportaje tuvo varias interrupciones del Turco Bantar, algo así como una mano derecha en prensa y colaborador dilecto. Pero detrás de Rosario hay más gente, Daniela entre otras, y un gran equipo de colaboradores.

Sentada en su sillón, no dejó de atender llamados y pedidos de entrevistas. La causa Ilarraz la tiene como una de sus abogadas querellantes y la somete a una gran exposición. Le cuesta abstraerse de todo eso, pero acepta gustosa hablar de la vida, de su vida y de sus cosas.
“Desde el año ´78 soy abogada. Empecé en democracia y terminé en dictadura. Comencé en el ´74 y terminé en mayo del ´78”, cuenta.

—Tiempo récord.
—A los 21 años. Hice el 5° año libre. Desde los 15 años trabajé y estudié. Empecé en un estudio jurídico; después trabajé en Tribunales, en Defensoría de Pobres y Menores. Cuando me recibí estaba trabajando en Tribunales, eso me ayudó mucho a la hora de estudiar. Aporta una mirada del derecho desde la práctica tribunalicia. Uno tiene una mirada mucho más completa desde el derecho si va practicando a medida que estudia. Cuando tenía 15 años por una situación familiar tuve que trabajar.

—¿Tenés hermanas/os?
—Sí, una hermana menor. Mamá tiene 84 años, se llama Rita, y papá falleció cuando yo tenía 13 años. Por eso tuve que salir a trabajar. Pasamos una situación económica complicada y todas las mujeres tuvimos que salir a trabajar.

—¿Y qué te llevó a ser abogada?
—En realidad yo tenía tres carreras en la cabeza cuando terminé el secundario: psicóloga, profesora de historia y abogada. Y como se dio la situación de que a los 15 años tuve que salir a trabajar y lo hacía en un estudio jurídico, elegí el derecho. Me gustó, me enganché, me enamoré del derecho.