Claudio Cañete (*)
A los pocos meses de asumir su primera Presidencia, Juan Domingo Perón realizó una de sus primeras acciones de gobierno que tuvieron que ver con Entre Ríos.
Durante el mes de octubre de 1946, con 15 tanques Sherman se formó una unidad blindada para el Ejército Argentino. La compra de estas unidades, que eran remanentes de la Segunda Guerra Mundial, formaba parte de las promesas de Perón de reequipar al Ejército. Se los puso a prueba en esa misma altura del año, en unas maniobras realizadas en los alrededores de la ciudad de La Paz, bajo condiciones climáticas adversas. Perón viajó con Evita y permanecieron en aquella ciudad entrerriana durante tres días, y la primera dama dejó también marcada su huella de compromiso social junto al general.
El autor de esta nota pudo, gracias a la gentileza y colaboración de los periodistas Adolfo Argentino Golz y Germán Ojeda, ubicar a Mercedes Martínez, una maestra entrerriana que con 82 años en 2006 vivía en Trelew. Cuando se realizó esa visita presidencial era una joven docente de una escuela rancho y protagonista privilegiada de aquellos momentos.
“No me es fácil, caminando los 82 años, vivenciar con exactitud lo que me ocurrió en la década del `40. Entonces era veinteañera y maestra en Estación Estacas, un poblado de unos pocos empleados ferroviarios, un almacén de ramos generales y estancias importantes. Se hicieron en La Paz unas maniobras del Ejército Argentino que reunieron —decían— 40.000 hombres de todo el país. Quizás fue así porque las tropas comenzaron a pasar a las seis de la mañana y era ya la noche cuando se veían pasar los últimos infantes, caballería, artillería, etcétera.