Juan Cruz Varela
“En mi lista hay traidores, hay deudores, acreedores y rencores que una vez fueron amores. Hay fingidos salvadores vestidos de predicadores. Hay santos y pecadores, peores que los roedores. Mi lista no se cuece en dos hervores y si fuese vista, provocaría al más provocador de los provocadores”.
Mi lista negra, esa canción de los uruguayos de El Cuarteto de Nos, parece escrita para la ocasión. A decir verdad, las listas halladas entre los documentos recuperados hace unos días en un subsuelo de la sede de la Fuerza Aérea, representan una autopsia de las calamidades de un régimen que pretendía ya no solo eliminar físicamente al disidente, sino directamente la supresión de la cultura; una forma de censura que muestra algo que va más allá de las dificultades de la dictadura para coexistir en forma civilizada con el pensamiento diferente: eran, ya sin eufemismos, brutos, brutalmente brutos.
En un sótano abandonado, en el Edificio Cóndor, mezclados entre trastos viejos, muebles desvencijados y otros en desuso, en una caja fuerte, rodeados de ratas y corroídos por la humedad, aparecieron 1.500 biblioratos con 280 actas originales de reuniones de la Junta Militar, listas de artistas perseguidos y otros archivos de la última dictadura cívico-militar.
El hallazgo de este material, que emergió de las catacumbas, es el abrazo a esa esperanza que siempre abrigaron los organismos de derechos humanos de encontrar documentos, memorandos, fichas, archivos y por qué no listas de desaparecidos por la represión ilegal. Es que en un país administrativista y burocrático, la papelización de los actos de gobierno es una tendencia que se multiplica, crece y de la cual no están exentas las estructuras militares. Y en ese modelo burocrático no es extraño que un montón de carpetas, con membretes que remitían a la dictadura, pero fajados en 1998, pasaran inadvertidos en un sótano. Es que para la burocracia, semejante montaña de papeles, pronto se volvió un paisaje.
(Más información en la nota completa en la edición 996 de ANALISIS del 14 de noviembre de 2013)
