Por Hugo Remedi
(especial para ANALISIS)
Simplemente, porque es allí donde a partir de ahora -o desde octubre con más precisión- estará dirigida la carta de navegación de los próximos dos años del mandatario entrerriano con la aspiración intacta de suceder a Cristina.
Naturalmente, el kirchnerismo lee, para defender la malísima elección del domingo, que en lo que hace a nivel país ganó. Y es cierto. Obtuvo casi un 25% de los votos y con eso le alcanzó apenas para dibujar una esforzada sonrisa de corto aliento. Habrá que agregar por cierto, para ver a la botella en sus dos versiones, que perdió en los distritos más populosos y gravitantes del país. Y además, si se presta atención a lo que dice al dorso de la proclama triunfal, se podrá llegar a la conclusión de que nada menos que el 75% de los argentinos les dio la espalda. Por si esto fuera poco, hay que dar cuenta de que, en menos de dos años, perdió casi 30 puntos de adhesiones.
Si como atenuante rememoran la elección de 2009, traducida en tremenda derrota y contrastada con la gran victoria del año 2011, habría que sostener entonces una comparación con diferentes realidades que en sí misma no se amerita como tal. En el tránsito del 2009 al 2011 estaba a la vista, por ejemplo, la posibilidad de una re-reelección. Ahora no, pareciera. Todo lo cual implicará, en poco tiempo más, al gran universo peronista nacional en la caza de nuevas fuentes de juventud y de caudillos para apiñarse detrás, con vista a los próximos10 años de juerga política.
Urribarri habló de un triunfo rutilante en Entre Ríos. Y es cierto. Ahora habrá que ver cómo amojona ese resultado con la realidad de lo que pasó a nivel nacional, sin que le juegue en contra. Porque una cosa es contar con lo mejor de la infantería kirchnerista alrededor y otra muy diferente con los remiendos de un gobierno quizás ya en retirada, emparchando lo que queda de los jirones. Urribarri consolida su presencia a nivel nacional fundamentalmente por su lealtad con la Presidenta y porque los entrerrianos le han vuelto a dar su aval.
(Más información en la edición impresa de ANALISIS del 15 de agosto de 2013)
