Antonio Tardelli
Los partidos, instituciones primordiales de la democracia, según los jerarquiza la Constitución Nacional, se han comportado en Entre Ríos al momento del cierre de las listas de candidatos como un esqueleto inútil, como una ficción que legitima procedimientos que, al menos en la mayoría de los casos, se referencian más en el poder en sí mismo que en la política concebida como construcción participativa.
Los escenarios son disímiles. Todos ellos son distintos y sería un despropósito comparar la situación del Frente Para la Victoria, que acapara de manera inaudita el poder institucional, con la de expresiones menores como Nueva Izquierda. Pero ya sea por peso electoral insignificante, por debilidad relativa, por dispersión o porque –en el caso del oficialismo– el poder reside en otro lado, la función partidaria lució insustancial en el arranque del proceso preelectoral.
Ello, con todos los problemas de fondo que supone, no significa que los partidos, aún desde su desconcierto, hayan dejado de ser plataformas imprescindibles para las aspiraciones políticas. Los últimos procesos electorales, no muy diferentes en este sentido, lo certifican.
A pesar de su inoperancia y descrédito, las fuerzas partidarias siguen entregando un piso de votantes que, ya para conservar el poder, ya para erigirse en opositor privilegiado, no puede ser compensado por las construcciones voluntaristas, por más bien intencionadas que sean, o por los liderazgos presuntamente carismáticos.
Aunque envases vacíos, por tradición, estructura e identificación social los partidos logran reservarse para sí, aún hoy, un nivel de influencia que invita a no dejarlos perecer. Los fenómenos electorales no son frecuentes. Un candidato mejor o peor suma o resta un par de puntos porcentuales a lo que su partido está en condiciones de recolectar. No más que eso. Lo política no es el territorio de los milagros.
Todo lo demás, en esta provincia, ha sido excepción que confirma la regla.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS del 27 de junio de 2013)
