Daniel Enz
Para muchos medios, el hecho pasó casi desapercibido, porque se registró a unos 180 kilómetros de Paraná, pero casi frente a la ciudad de La Paz, del lado santafesino. En febrero de este año, agentes antinarcóticos de la ex Drogas Peligrosas de la Policía de Santa Fe secuestraron una aeronave que llevaba cerca de 300 kilogramos de marihuana y detuvieron a tres hombres: un paraguayo y dos argentinos, uno de ellos oriundo de Entre Ríos y el otro de Capital Federal.
El entrerriano detenido es Claudio Gustavo Lencina, de 39 años, con domicilio en Paraná, en calle Francisco Sayos 2381, en el barrio Paracao. Ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) figura como dedicado al “transporte automotor de cargas”. Fue la persona que, cuando llegó la comisión policial, estaba escondiendo los panes de marihuana en diferentes lugares del campo. Los ladrillos de marihuana viajaban acondicionados en el interior de la aeronave de matrícula paraguaya.
Lencina vive en un barrio de clase media-baja de Paraná. Hijo de padres trabajadores de toda la vida, tanto él, como su hermano más chico, siempre estuvieron relacionados al negocio del tráfico de cigarrillos entre el 2000 y el 2001 y con fuertes vinculaciones a personas de nacionalidad china que desembarcaron en esta capital en la última década y aparecen rozados con negocios clandestinos. “La base de operaciones era una casa quinta que tenían a la salida de Paraná”, indicó una fuente. Desde ese lugar se diagramaban las provisiones de cigarrillos de contrabando por la ruta 12, hacia La Paz, Paso Telégrafo, Sauce (Corrientes). Pero un día quiso acrecentar su negocio y optó por meterse en el narcotráfico. Hay quienes sostienen que un alto oficial que estuvo en Toxicología de la Policía de Entre Ríos y que fue desplazado de allí por sus vinculaciones con los narcos a los que debía combatir, habría sido quien lo convenció, a partir de una amistad que logró con el uniformado.
La banda de narcos que integraba Lencina disponía de conexiones y dinero fácil, siempre vinculado a la droga. Uno de los allegados siempre fue un conocido narcotraficante de Paraná, identificado políticamente con la UCR, que cada 6 meses cambia su camioneta de última generación y dispone de no menos de 40 chips telefónicos para moverse. “Ellos siempre disponían de 100.000 pesos para pagar el alquiler de la avioneta. Y si no había avión, directamente se robaban una”, se acotó. De hecho, en los últimos años desaparecieron avionetas en zona de Santa Fe o en un aeroclub de una ciudad cercana a la capital entrerriana
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS del 8 de Noviembre de 2012)