Soledad Comisso
-¿Dónde transcurrió tu infancia?
-Nací en Santa Fe, aunque mis padres son de Entre Ríos. Mi mamá es oriunda de Bovril y mi papá era de Paraná. Ellos se casaron y se fueron a vivir a Santa Fe, luego, ya de grande, yo me vine a Paraná. Recuerdo que fue una linda infancia, llena de juguetes, porque era hija única. Pero recuerdo también una importante desolación y tristeza, porque mi papá falleció cuando yo tenía 5 años. Él era periodista deportivo, cubría las carreras de autos, y un día volviendo de cubrir una tuvo un accidente y falleció.
-¿Eso hizo que te unieras más a tu mamá?
-Mi mamá quedó viuda siendo muy joven y nunca más se casó. Ella siempre fue una mujer muy independiente y me transmitió a mí esa independencia. Estuvimos siempre unidas, pero con mucha libertad.
-¿Cómo comenzó tu trabajo como voluntaria?
-En 2001 vi cómo el Estado se apartaba de la gente. No había leche, no se ayudaba en nada y recuerdo que los chicos caían de desnutrición. Por eso yo entendí que desde mi trabajo no podía hacer nada, pero sí podía hacerlo desde el voluntariado. Empecé a trabajar en la revista Barriletes en 2002 y estuve ahí hasta que se conformó la Red de Alerta.
-¿Y la conformación de la Red cómo surgió?
-Yo ya venía con el tema del trabajo infantil, pero me empecé a centrar un poco más. Además, desde el Foro por los Derechos de las Mujeres y desde Barriletes estábamos haciendo un trabajo muy dedicado a los jóvenes. En un encuentro que se realizó en Uruguay, del que participaron compañeros de Barriletes, volvieron con algunas ideas sobre el trabajo infantil, trata y violencia y decidimos empezar a profundizar en eso. Tomamos la decisión de dedicarnos más a los niños, porque era un tema muy importante, sobre el que todos las días había denuncias. Así que entre varias organizaciones creamos una red y pasé a ser la presidenta desde 2005 hasta ahora, que aún seguimos trabajando.
-¿Qué es lo mejor y lo peor de la Red?
-Lo mejor es poder prevenir y mantener a la ciudadanía informada de lo sucede, de cuáles son las causas, de lo que tenemos que estar prestando atención. Porque es sumamente necesario dar a conocer estas cuestiones para que la gente pueda identificarlo como tal, ya que existe mucha naturalización de la problemática. Otra cosa buena es que actualmente dentro de la Red hay compañeras que son recuperadas, que han sufrido abuso, y ese rescate para nosotros es lo mejor que nos pasó. En cuanto a lo peor, creo que tiene que ver con darse cuenta de que el humano tiene costados que uno no puede creer. No entra en la cabeza que alguien pueda estar abusando de un niño. Que tenga en la niñez una atracción sexual. Ver eso es realmente lo peor que nos pasa.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)