D. E.

No fue el único papelón: en ningún momento pudo decir cuánto dinero cobra mensualmente como presidente de CTM. “Me lo depositan y no tengo recibo de sueldo”, afirmó. “Puede ser cerca de 40 mil, pero nunca 70 mil pesos como dijo ese pasquín”, dijo, en referencia a este semanario. Cresto cobra 12.000 dólares por mes, más los gastos de representación (traslado, departamento donde vive, otros gastos, etcétera). ¿Quién miente?

Pero también es bueno recordar otras cuestiones:

--Cresto embistió duramente contra el director Enrique Stola, de la CTM, por el hecho de denunciar ante la justicia varios de los hechos irregulares. “Fue nombrado por (Jorge) Busti”, dijo Cresto, buscando descalificarlo. Cabe recordar que Stola, en este período de la CTM, fue designado por pedido de Sergio Urribarri. Fue quien lo propuso como vicepresidente del organismo.

--Respecto de la auditoría y posterior denuncia: al ingresar Juan Carlos Chagas a la CTM, el funcionario ya tenía cierto conocimiento sobre las irregularidades que existían y con conocimiento del gobernador decidió realizar una auditoría. Previo a tomar esa decision tuvo una reunión con el secretario de Energía, Daniel Camaron, donde se trató el tema de la auditoría. En ese encuentro oficial, Chagas le dijo a Camaron que si del informe surgían desprolijidades, había que denunciarlo. Camaron estuvo de acuerdo. Pero luego, cerca de la finalización de la auditoría y estando ya conformados informes preliminares que al menos comprometían a algunos funcionarios de CTM, Chagas fue designado en la Empresa de Energía de Entre Ríos y asumió Cresto.

--Al asumir el concordiense se le informó sobre todo lo actuado, y fue Cresto quien decidió poner nuevamente en funciones como secretario a Rubén Squivo, considerado el principal sospechoso de las irregularidades en el pago a los ribereños y comenzó a obstaculizar el trabajo de los auditores. Y cuando llegó el momento de realizar la denuncias correspondiente, Cresto se negó a hacerlo, incumpliendo con su obligación como funcionario público, lo que es un delito.

En estos días, Cresto trató de minimizar cuestiones comprobadas a partir de una investigación profunda y seria de los auditores, que lo único que hizo fue tratar de determinar la existencia de hechos de corrupción e individualizar a sus autores, quienes presuntamente pueden ser funcionarios de largo tiempo en la CTM, que representan una especie de corporación, que siempre se negó a reconocer jurisdicción alguna, arrogándose todo tipo de inmunidades y actuando bajo la impunidad. Para Cresto siempre fue más fácil mirar para otro lado y seguir disfrutando de los privilegios del poder.