Luciano Garro -especial desde Gualeguaychú-

El ex tesorero de la Municipalidad de Gualeguaychú, Ángel José Giménez, era personal de planta permanente en la comuna desde 1996 -siempre con responsabilidades dentro de la Tesorería y durante la gestión del intendente Daniel Irigoyen- a cargo, formal y materialmente, de la custodia y coadministración de los fondos del municipio. Además era el responsable de confeccionar los libros de Caja y Banco, que finalmente fueron los fraguados para ocultar parte del dinero del desfalco que supera los tres millones de pesos.

Giménez ideó toda una estrategia para realizar el robo. Primero fue cuidadoso y aprovechó los planes nacionales que ingresaban para desviar los fondos a distintas cuentas bancarias, algunas a nombre de familiares. Luego, diariamente, falsificaba los números de los balances, de los que tenía control pleno, y dibujaba todo para que cerraran los números y nadie del área se diera cuenta de la estafa.

No obstante, el 30 de junio de 2005, Mariela Watters (empleada del área Tesorería) dio la voz de alerta sobre ciertas irregularidades, dijo que había tres cheques por 19.800, 38.400 y 85.900 pesos que habían sido cobrados con fecha 17, 18 y 29 de junio y su salida no aparecía contabilizada en el libro de Banco de la Tesorería. Inmediatamente desde el área iniciaron las investigaciones y detectaron que el 22 de febrero de ese año la Municipalidad debió anular un cheque en el Nuevo BERSA por 210.000 pesos, sin embargo, el cheque fue cobrado posteriormente en la ventanilla de la misma entidad. A medida que se recabaron más datos, el faltante fue ascendiendo, primero a 800.000 pesos y después se sumó la desaparición de un cheque por 1.100.000 pesos destinados a realizar obras de saneamiento en la ciudad. Ese cheque tenía que ser depositado en una cuenta específica para gastos de Obras Sanitarias, pero fue depositado en otra cuenta de Tesorería, que manejaba Giménez.

Ese jueves de junio, el intendente Daniel Irigoyen realizó la denuncia correspondiente y automáticamente todas las miradas y pruebas apuntaron al contador Ángel José Giménez.

La causa ingresó en el Juzgado de Instrucción N° 2, a cargo de Roberto Javier Cadenas, quién investigó minuciosamente el desfalco y llegó a la conclusión de que sólo Giménez fue el responsable de llevarse el dinero. De esta manera, con centenares de pruebas en su contra, el ex tesorero fue procesado por peculado reiterado en más de 90 hechos.

En la misma causa quedaron procesados por malversación culposa el intendente Irigoyen y el ex secretario de Hacienda, Néstor Pérez; pero el juez los desprendió de la acusación de haberse llevado el dinero.

Un tiempo después, la Cámara de Apelaciones de Concepción del Uruguay ordenó al juez Cadenas que investigara si Irigoyen y Pérez habían tenido alguna acción dolosa, lo que el magistrado desestimó, amparado por las pruebas. Según concibió el juez, estos funcionarios no incurrieron en dolo sino en culpa, por lo tanto la acusación es distinta y la sanción en abstracto es menor. De todos modos, existieron embargos: a Pérez por un millón y a Daniel Irigoyen por quinientos mil pesos.

Costos políticos

A pesar de que hay pruebas testimoniales, informativas, periciales -particularmente fotos del ex tesorero extrayendo el dinero depositado en cuentas bancarias, como así también escuchas de conversaciones telefónicas sostenidas por éste con miembros de empresas hacia las cuales giró parte del dinero-, todavía la causa Tesorería está sin resolver. Casi seis años de aquella denuncia de Irigoyen y todavía no existe fecha para el juicio oral y público.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)