Álvaro Moreyra
La semana que se va dejó sensaciones ambiguas en el rugby entrerriano, más específicamente en el de la ciudad de Paraná. Es que por una parte, Estudiantes se consagró campeón del Torneo Regional del Centro al superar en la final al Círculo Rafaelino de Rugby (Crar). El CAE confirmó lo bueno que mostró a lo largo del certamen y se consagró campeón de un certamen que con el correr de las temporadas va ganando en importancia.
Equipos de Córdoba, Santa Fe, Corrientes, Chaco, y por supuesto Entre Ríos, forman parte de este campeonato que muestra un nivel cada vez más interesante y les permite a aquellos equipos que no clasifican para el Nacional de Clubes seguir en actividad y no echar por la borda el segundo semestre del año.
Además, el título del Albinegro terminó con una sequía de cinco años sin alegrías para la Unión Entrerriana, ya que desde 2005 que un equipo enrolado bajo su órbita no conseguía alzarse con un campeonato. Justamente fue Estudiantes el último en levantar una copa, cuando fue el mejor del Torneo Clausura Dos Orillas.
Lamentablemente, y como sucede muy a menudo, lo bueno tuvo su cara opuesta. Días atrás Capibá RC sufrió la visita de amigos de lo ajeno. Mientras entrenaban algunos juveniles e integrantes del plantel superior, dos personas armadas ingresaron al predio y se llevaron las pertenencias de varios jugadores. Afortunadamente un bolso quedó más alejado, dentro un celular y así se pudo dar aviso a la Policía que, horas después, pudo recuperar varios de los objetos robados.
Hasta aquí la situación no escapa al acontecer diario. Sucede que tras el hecho saltó a la luz un inconveniente que tuvo la dirigencia de la entidad con directivos de la Escuela de Comercio Nº 1 de la capital entrerriana. Es que hasta el año pasado El Amarillo hacía uso del predio de deportes del colegio, pero de un día para otro desde la cooperadora del establecimiento quisieron cobrar un canon de dinero para que Capibá pudiera seguir usufructuando el espacio verde. Alto por cierto.
Fue imposible afrontar la erogación y hubo que dejar el lugar. Se volvió a las instalaciones del club (en la zona del Aeropuerto de Paraná) y lamentablemente algunos jugadores debieron pasar un mal trago. Ahora la dirigencia reclama por los artefactos que se instalaron en 2006 para que sus jugadores pudieran entrenar con buena iluminación.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
