Pablo Rochi
Siempre es importante, atractivo y bien provechoso conocer el desarrollo histórico de las actividades deportivas en nuestras tierras. Saber de sus inicios, de sus primeros pasos y de su crecimiento genera un mejor conocimiento y entendimiento sobre una de las disciplinas con mayor auge de Paraná. Según los registros, 83 años atrás en nuestra ciudad se jugaba el primer partido oficial de básquetbol, en lo que fue una fecha histórica que dio origen al inicio de esta actividad que hoy es una de las más importantes de esta localidad y de nuestra provincia.
El artículo del recordado diario La Mañana dice que el viernes 21 de mayo de 1927 se jugó el primer partido oficial de básquet en Paraná, acontecimiento que tuvo sus repercusiones lógicas en la población, que poco entendía sobre este deporte.
Según narra la historia, el básquet era un deporte que recién estaba tomando fuerzas en nuestro país, que se había ramificado en Capital Federal y que desde allí estaba tomando vuelo hacia distintos puntos de la Argentina, observándose de reojo, sin entender demasiado de qué se trataba. Por supuesto, no había mucho conocimiento, generaba más dudas que certezas y aún no estaba muy claro el reglamento. Se sabía que había que botar la pelota y tratar de anotar en un cesto. Después, sobre la marcha se iba a nutrir de más información.
Aquel primer encuentro enfrentó a los elencos de Saturnia y Base Aérea. Se disputó en la cancha de Saturnia, que estaba ubicada en Santa Fe 320, entre Malvinas y Boulevard Mitre. Repasando lo sucedido se pueden encontrar un sinfín de diferencias con los partidos que se juegan hoy en día. Entre los datos más sorprendentes, uno se puede remitir a la medida de la cancha utilizada en aquel encuentro. Era un playón que medía 64 metros de largo por 17 metros de ancho (actualmente el reglamento dice que el terreno de juego debe ser de 28 metros de largo por 15 de ancho). Aquella cancha fue “diseñada” en un terreno perteneciente a don Francisco Cordini, mientras los aros y tableros fueron obra de Hugo Cordini. ¿El árbitro? Nada más y nada menos que Raúl Uranga.
Saturnia lucía camisetas rojas. En el centro del pecho se distinguía una “S” de color blanco. Además, y hay fotos que lo confirman, los jugadores llevaban una boina blanca.
Si bien se trataba de un partido oficial, el desconocimiento del juego fue generalizado. Los jugadores habían recibido instrucciones de cómo practicarlo mediante el reglamento enviado por la Asociación Cristiana de Jóvenes de Buenos Aires (YMCABA), institución que fue clave para que el baloncesto llegara desde los Estados Unidos y se insertara en nuestro país, allá por 1912. Los jugadores tuvieron que leer y memorizarse el reglamento antes de salir a la cancha.
¿Qué ocurrió por aquel entonces en nuestra ciudad? El diario La Mañana publicó una nota escrita por amantes de esta disciplina al presidente del Consejo General de Educación, José María Texier, a quien le explicaron lo importante que era este deporte y la necesidad de incluirlo en la sociedad y en los colegios.
En uno de sus párrafos, aquella nota se refiere a lo novedoso que era el baloncesto, buscando incentivar a la juventud y tratando de lograr más adeptos: “Actualmente es un juego desconocido entre nosotros, sólo practicado en Buenos Aires, Rosario y Córdoba, y de origen norteamericano”, decía. Líneas más abajo, la nota da a conocer al baloncesto como una actividad muy completa: “Exige la acción de todos los miembros del cuerpo y tal vez es el deporte más atlético, saludable y menos brusco de los Sports (sic) de conjunto”.
En aquel extenso informe periodístico, y para dar a conocer más la actividad, también se explican los puntos más importantes de este deporte. En busca de poder extender el interés se solicitaba al Consejo General de Educación un lugar para llevar adelante las prácticas. “El lugar que creemos sería apropiado es el terreno anexo a la escuela ‘Centenario’, donde existía una cancha de tennis (sic) hoy abandonada”, asegura el texto.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
