Silvio Méndez
El acuerdo tácito de cogobierno del municipio entre el intendente José Carlos Halle y el jefe del Sindicato Unión Obreros y Empleados Municipales (SUOYEM) y diputado provincial justicialista, Hugo Vázquez, pareciera tener consecuencias inesperadas. El presidente comunal ha atado su destino en la gestión a la convivencia con este agrupamiento, con quien políticamente, dentro del justicialismo, también comparte el llamado Peronismo Federal, que conduce Jorge Busti.
Pero el acuerdo de conciliación entre el gremio con la administración municipal tendría al menos aspectos no explícitos. Esto es interpretado así por distintos actores que reconocen el peso del SUOYEM dentro de la estructura de la Municipalidad, y que se ve traducido en su incidencia dentro de los espacios de poder, así como en algunas potestades para el amparo o privilegios con los que contarían los empleados que revisten en este sector.
Precisamente habrían sido algunas prácticas o acciones non sanctas derivadas en base a este pacto que fueron desaprobadas en las áreas de incumbencia de quien fuera subsecretario de Educación de la Municipalidad de Paraná, Sebastián Aguilar. Como se recordará, este funcionario renunció a fines de octubre de 2009, aduciendo motivos de “índole familiar y personal”. En un comunicado a la opinión pública donde no dio mayores explicaciones, sostuvo su decisión de forma “indeclinable”.
En realidad, su alejamiento de la gestión trascendió unos días antes, a partir de fuertes versiones que lo situaban envuelto en un confuso episodio por el cual habría sido víctima de una golpiza en oportunidad de realizarse un acto por el 17 de octubre organizado por Jorge Busti en el Club Talleres. Los agresores de Aguilar fueron sindicados como integrantes del SUOYEM, quienes habrían manifestado su molestia con el funcionario por no ceder a determinados tejes y manejes gremiales.
El propio intendente Halle admitió la discusión e incluso una escaramuza en las puertas del club al finalizar el acto, pero desvinculó al secretario general del sindicato, el diputado Hugo Vásquez. En la semana posterior al Día de la Lealtad se aseguró que los entredichos habían sido salvados. También el líder gremial desmintió las agresiones, al tiempo que ratificó su alianza con Halle. Si bien Aguilar nunca contradijo ni confirmó los hechos y todo parecía encauzarse, el funcionario terminó por entregar su dimisión, pero dando nuevamente entidad a las especulaciones, ya que sin desmentir los rumores, indicó en su parte de prensa que esas serían sus “únicas declaraciones públicas”.
Finalmente, el cargo fue ocupado por Álvaro Piérola, titular de Derechos Humanos, y el reemplazo se produjo junto con una fusión de ambas áreas de gobierno, así como cambios en otras dependencias. Nueves meses después, Piérola vuelve a ser actor de una nueva saga de episodios desafortunados, aunque esta vez lo tienen casi como protagonista.
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