Silvio Méndez
Paraná parece haberse vuelto una ciudad gris. Tal vez no lo parezca desde hace mucho pero, en rigor, lo que hoy se expresa de diversas formas podría obedecer a un proceso de lenta pero paulatina decadencia.
Probablemente sea difícil comprobarlo con registros o números que no contrasten más que una sensación que se ha apoderado en muchos. Pero esa percepción no es fantasía tampoco. Se ve en las calles rotas, sin luces; en las plazas abandonadas, con basura tirada por doquier; en la calidad de transporte público, con colectivos que pasan cuando quieren, en el tránsito caótico; en la mediocre oferta de servicios y en la casi nula actividad o promoción de la producción de propuestas culturales. Ni hablemos si osamos comparar con la vecina capital de Santa Fe, porque la comparación va a resultar más que odiosa.
Paraná parece haberse vuelto una ciudad gris; y los debates institucionales sobre lo público no desentonan para nada. Parte del síntoma se observa también en que, por ejemplo, pase casi inadvertido que un grupo de asambleas de distinta índole se reúna para discutir otro modo de ver y proponer una impronta diferente. Porque la indolencia no es insustancial, ya que deja libre el paso a que el mercado y los negocios predominen en la planificación de los intereses en común.
Asociados
Con la propuesta de discutir distintos proyectos para Paraná, que un poco han nacido de resistir a intervenciones inconsultas o que favorecen determinados intereses económicos, grupos de vecinos se han congregado en un espacio mayor. Así, la Asamblea por los Espacios Públicos, Menos Basura en Paraná, de la Multisectorial contra el Hipermercado, Participación Ciudadana, Proyecto Tierra, la Asociación Ambientalista del Islote Municipal y el Foro Ecologista, entre otros, se han convocado para coordinar y sostener debates conjuntos.
En diálogo con ANÁLISIS, integrantes de estos colectivos, junto con el edil Emanuel Martínez Garbino (Concertación Entrerriana) quien también participa de la Inter-asamblea, explicaron sus ideas e intenciones.
Carlos Caraballo, de la Asamblea por los Espacios Públicos, señaló que la asociación nació un poco por una necedad y carencia manifiesta. “Desde nuestro grupo se estaba sintiendo la soledad en el acompañamiento de la gente y, por otro lado, la falta de escucha de las autoridades. Porque hemos estado haciendo presencia en la zona del Puerto con distintos actos culturales y a su vez también gestionando ante las autoridades la participación cuando se anunció la creación de un ente mixto para organizar la zona portuaria y que nunca se hizo. Nuestra aspiración era ingresar a formar parte de ese ente porque tenemos nuestros proyectos, nuestras ideas. Un poco nos sentimos desanimados y ya habíamos tomado contacto con otras asambleas, que también luchan y son poco escuchadas. Entonces hicimos un llamado a fines del año pasado que superó nuestras expectativas. Porque seguramente las otras organizaciones tienen los mismos problemas. Estamos en el inicio, en una faz organizativas y creo juntos nos potenciamos. Todo sigue siendo horizontal y, por lo pronto, tenemos un proyecto de un programa de radio”.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)