Hugo Remedi
La pregunta sería: ¿está el justicialismo vernáculo en condiciones de enfrentar el desafío eleccionario del 2011 con éxito? La fractura existente indicaría por estas horas que no. También podría asegurarse lo mismo de la oposición -y aunque en este caso será tema para afrontar con mayor profundidad en otra ocasión-. La resultante que surge inevitablemente será entonces: frente a qué teatro de operaciones se va a ir posicionando la dirigencia política de nuestra provincia en ese contexto. Sobre todo la del oficialismo, que tiene aún por delante casi dos años para gobernar.
Sergio Urribarri sólo tiene a futuro una apuesta por revalidar a cada momento, y es el indisoluble alineamiento con el gobierno nacional, como por otra parte lo viene haciendo encendidamente sin atajo alguno.
Supongamos, entonces, ubicarse frente a escenarios posibles en esa meta no tan lejana y que tiene que ver con dos salidas inexorables: la continuidad de la Era kirchnerista por un lado y la trabajosa salida al post-kirchnerismo por el otro.
Así, y concluyendo en un factible triunfo del oficialismo entrerriano en el 2011, podríamos encontrar a Urribarri reelecto en la Gobernación de Entre Ríos con un Presidente de la escudería de los K o con el mandatario provincial airoso en la contienda regional, pero con un Presidente de otro color político –incluido acaso en la oposición el peronismo federal-. Un escenario similar podría sufrir el actual presidente de la Cámara de Diputados de la provincia y tres veces gobernador, Jorge Busti, arribando a la Gobernación entrerriana por cuarta vez con un futuro Presidente K o con un gobierno nacional un tanto más afín.
En ese dilema se debate el futuro de los entrerrianos por mérito de las duras desavenencias políticas que emergen de la fraticida lucha intestina del justicialismo provincial.
Unidos en la diversidad fue el lema que usó el peronismo entrerriano entonces, el del 28 de junio de 2009, cuando sufrió una estrepitosa derrota electoral. El valor que se pudo ofrecer en su momento en relación con la gestión de gobierno provincial, más la suma de figuras de renombre del peronismo, sucumbieron frente a la confusión general de los entrerrianos, que decidieron disparar su voto hacia otras alternativas electorales.
(La información completa en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)