Antonio Tardelli
Fue una conversación telefónica breve.
–Tenemos el derecho constitucional de peticionar ante las autoridades –protestó el dirigente de la Federación Agraria Argentina (FAA).
–No quiero que me armen un quilombo –replicó el gobernador de Entre Ríos.
–Quédese tranquilo: no habrá violencia. Pero no podemos seguir frenando a la gente –describió el ruralista.
Jorge Ruiz, delegado de la FAA, y Jorge Busti dialogaron así hace (casi) 10 años, el 24 de julio de 1999. Fue en Villa Mantero, departamento Uruguay. Las fuerzas policiales impedían que un grupo de productores agropecuarios se acercara al palco donde poco después debía dirigir la palabra el Presidente de la Nación, Carlos Menem. Los hombres de campo querían entregarle un petitorio que contenía sus demandas.
Menem jamás llegó a Villa Mantero. Se lo impidieron pequeños productores rurales que pocos días antes se habían movilizado hasta la Plaza de Mayo, cerquita de la Casa Rosada. El helicóptero fue desviado. Afeitados y sin visitas, sobre el escenario donde se agasajaría al riojano, quedaron Busti, el entonces senador Augusto Alasino y el ucedeísta Idelfonso Esnal, que se desempeñaba como fiscal de Estado de Entre Ríos. Prudente, Héctor Maya, el candidato oficialista que tres meses más tarde competiría en las elecciones generales frente al radical Sergio Montiel, se las ingenió para no exponerse ante una concurrencia que presumía hostil.
Villa Mantero, vestida de fiesta, se llenó de protesta. Unos 300 vehículos marcharon en caravana manifiestamente antimenemista. Las crónicas de los diarios repararon en “los chacareros de Urdinarrain, Basavilbaso y Gualeguaychú”. También había vecinos de Gilbert, Aldea San Antonio y Almada. Los coches, las camionetas y los tractores se acomodaron alrededor de la plaza. Una cosechadora roja, la misma que la televisión porteña había registrado en los días previos cuando se impidió su llegada hasta el centro de Buenos Aires, reflejaba el sentido del reclamo. Las inscripciones de los carteles dejaban ver la picardía popular. “Canjeo mi explotación agropecuaria por una jubilación de privilegio”, proponía una. Otra rezaba: “Sorry Charly, se te rebeló la chacra”.
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