José Carlos Elinson
(especial para ANALISIS)
Debo decir que me equivoqué.
Debo decir que los exabruptos del ahora diputado nacional electo Jorge Chemes y del dirigente de FAA vernáculo Alfredo de Ángeli fueron interpretaciones acertadas de lo que algunos querían decir o al menos escuchar.
Y debo decir que algunos malestares y algunos triunfalismos un tanto exacerbados son producto de la convivencia en el seno de una democracia cerrada, sin más opciones que las tradicionales en una suerte de alternancia anunciada con más o menos períodos de permanencia en el poder de los dos partidos tradicionales y sus socios circunstanciales.
Lo que ocurrió el domingo de elecciones en la Argentina en general y en Entre Ríos en particular fue ni más ni menos que una elección equilibrada -acaso en extremo- con un equilibrio al que por lo mencionado más arriba no estábamos acostumbrados. Se ganaba por márgenes amplios y se perdía por paliza.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
