Marcelo Comas
Los clubes de la ciudad de Paraná no le escapan a la crisis financiera internacional que afecta a las economías centrales. En mayor o menor medida, las entidades deportivas han sentido el cimbronazo económico que socavó los cimientos institucionales y, en definitiva, influyó en el menú de servicios que ofrecen a la comunidad. Lo más común en estos tiempos es escuchar que tal o cual club está obligado a vender parte de su predio para hacer frente a juicios laborales o, en la peor de las situaciones, el fantasma de la subasta amenaza como el más temido enemigo. En muchos de los casos, el Estado actúa con rapidez para evitar la desaparición de las instituciones, las cuales brindan una importante contención a la sociedad y se encargan de atender las necesidades de sectores de bajos recursos. Esta tendencia se ha profundizado en el último lustro y como ejemplo de ello se pueden mencionar los casos de Palermo, Universitario y la Unión Árabe. Como contrapartida, los ingresos provenientes de organismos oficiales se vuelven cada vez más escasos y no hay forma de cubrir los agujeros monetarios en épocas de vacas flacas y con pronóstico de mayor recesión.
Ante este panorama desalentador muchas entidades se las ingeniaron para salir a flote y concretar importantes avances en materia edilicia. El Club Paracao, con sede en calle Juan Báez 745, es la contracara de lo relatado con anterioridad. Con 4.000 socios en su padrón -en los cuales se cuentan individualmente los integrantes de los grupos familiares- y una amplia gama de oferta deportiva, atraviesa su mejor momento desde su fundación en 1946 y sus autoridades tiene en mente llevar a cabo obras de gran envergadura. Una política austera, de perfil bajo, y el trabajo en silencio son los principios que lleva como bandera la Comisión Directiva del club del sur de nuestra ciudad. Incluso, las ganas de progresar lo convierten en una entidad modelo, no sólo dentro de la ciudad de Paraná, sino que el prestigio se expandió al resto del territorio provincial. A poco de comenzar su tercer mandato, Daniel Ruiz Moreno dio a conocer detalles de este verdadero fenómeno que no para de sumar socios y ya está trabajando en un novedoso proyecto que apunta a reforzar la estructura edilicia. “En Asamblea General Ordinaria se renovaron autoridades y me tocó conducir los destinos por un período de dos años. El acto se realizó el pasado 20 de febrero bajo la atenta mirada de una importante cantidad de socios. Voy por mi tercer mandato”, dijo al comienzo de su alocución este comerciante que lleva 14 años participando en la vida dirigencial de la entidad.
Ruiz Moreno contó que algunos de sus familiares adoptaron el básquet como forma de vida y más cerca en el tiempo, sus hijos se inclinaron por la natación. No obstante, lo suyo son las brazadas y la sensación única que se experimenta dentro de una piscina. “Me siento cómodo en el agua. Es más, el año que viene me voy a animar en aguas abiertas durante la realización de la Villa Urquiza-Paraná”, dijo con entusiasmo.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
