Daniel Tirso Fiorotto
(especial para ANALISIS)
Padres de chicos y jóvenes con capacidades diferentes, y de algunos con discapacidades profundas, denunciaron que la Dirección de Integración de los Discapacitados en la Municipalidad de Paraná se está convirtiendo en “tierra de nadie”. Altos funcionarios municipales fueron acusados de responder con desidia e injusticia, y ocultar casos graves como el de una niña que no se ahogó en una pileta en enero pasado porque fue rescatada por sus compañeros, también especiales, ante la ausencia de los profesores. Disimular, expulsar a los que discuten, favorecer a los peores empleados enquistados en el sistema y desoír los reclamos y los pedidos de audiencia de los padres parecen ser la “política” del área. La niña que sufrió un intento de violación, los muchachos que se escapan, dan reiteradas alertas pero las autoridades no acusan recibo. Los familiares aseguran que la pérdida de confianza expulsó del sistema a decenas de chicos y adultos con problemas mentales o motores, y que entre las víctimas del caos se encuentran algunos de los jóvenes con capacidades especiales más queridos y famosos de Paraná.
Muchos chicos, chicas, muchachos, hombres y mujeres especiales estuvieron en el sistema y ya no están. Muchos nunca fueron siquiera convocados.
Paraná necesita un área de integración, pero la Dirección de Integración de los Discapacitados hace agua, da lo mínimo y ni siquiera eso. Y esta debacle no sale a la luz porque muchos de los padres de los damnificados son personas sin tiempo, y de recursos escasos, que temen a veces perder la poca atención que reciben. Aún así, varios presentaron distintas denuncias escritas (a las que ANALISIS accedió), a veces por Mesa de Entradas y en otras oportunidades en mano de las autoridades. La mayoría, sin respuestas, y sin que lleguen a conocimiento del conjunto de papás.
Temor a los funcionarios, temor a la posible revancha de un grupo de profesores que siempre se las ingenian para permanecer con algún grado de poder, y naturalización de la ausencia de diálogo y de soluciones, son las debilidades que están destruyendo el sistema, dicen algunos padres. Y todo con un murmullo de fondo que no alcanza a tomar estado público, más allá de los expedientes bien guardados.
El subsecretario de Educación de la comuna, Sebastián Aguilar, y hasta la secretaria de Gobierno, doctora Rosario Romero, fueron señalados como responsables principales de la ausencia de soluciones actuales para un problema de vieja data. Por eso ANALISIS pidió una columna de opinión al licenciado Aguilar, que además de ejercer la función en el municipio es coordinador de la carrera de Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas en la Universidad Católica Argentina de Paraná.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)