Álvaro Moreyra
En el año de sus Bodas de Plata en la Liga Nacional de Básquet, el Atlético Echagüe Club mordió el polvo de la derrota por quinta vez en su historia. El domingo 12 de abril será otra fecha triste en el calendario del AEC, pues ese día se consumó un nuevo descenso.
Crónica de una muerte anunciada podría titularse. Es que el descenso de Echagüe fue la culminación de una temporada pésima. Pésima en lo deportivo y en lo dirigencial. No se hicieron bien las cosas en ninguno de los dos rubros, por lo que el bajar de categoría era una cuestión de tiempo. Es decir que lisa y llanamente pasaran los partidos.
Un dato que es insoslayable es que a lo largo de los casi siete meses de competencia mucha agua corrió bajo el puente. Realizar un análisis pormenorizado de cada uno de los acontecimientos sería solamente hacer leña del árbol caído, pero a grandes rasgos sucedieron estas cosas:
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)