El gobernador Sergio Urribarri está cruzado por dos frentes: por un lado, los problemas que tiene el Estado provincial, acosado por los reclamos gremiales sin resolver y la deuda que crece en el Estado. Por el otro, la exigencia de Néstor Kirchner, de que cada gobernante se ponga al frente de la lista oficialista en su territorio, así se plebiscita su gestión y se logra una victoria que para el peronismo resulta compleja, a más de dos meses de las elecciones. Urribarri no está convencido de la idea, pero “si lo tiene que hacer, lo hará”, indicaron a ANALISIS desde el gobierno. Jorge Busti marcó inmediata distancia, porque si la idea sale bien, ello puede erosionar, de alguna manera, sus pretensiones para 2011. Si Urribarri no encabeza la lista del PJ, iría un ministro de su gabinete -que sería Angel Giano o Adrián Bahl-, secundado por Graciela Bar y un intendente reconocido, como Juan Javier García (Chajarí) o Gustavo Bordet (Concordia). Tal plan terminaría de romper con la figura de Busti, ya que no se le daría ninguna participación.
D. E.
“No puede decir esto; me rompe todo”, repetía Sergio Urribarri, el martes por la tarde, después de leer las declaraciones radiales de Jorge Busti, calificando de “mamarracho” la idea kirchnerista del denominado candidato testimonial, como cabeza de lista de los postulados como diputados nacionales. Busti salió de inmediato a marcar distancia de la idea de Néstor Kirchner –con quien dejó de hablarse hace ya más de 10 días, después de mantener una acalorada conversación telefónica que finalizó abruptamente–, mostrándose incluso algo ofuscado con la idea del presidente del Consejo Nacional del Partido Justicialista. “¿Cómo es esto de que se postulan, pueden ganar, no asumen y retornan al puesto que estaban ocupando? Es una locura”, reiteró Busti.
En el oficialismo gubernamental anotaron cada dato y no dejaron de recordar que si bien no llegó a tales instancias, el ex gobernador interrumpió su mandato como intendente de Concordia –en una segunda administración comunal, en 1993–, cuando fue convocado por varios meses como ministro de Gobierno de la Intervención de Santiago del Estero, junto a su amigo cordobés Juan Carlos Schiaretti, pero retornó a los 90 días; no terminó el período como diputado nacional para asumir como senador nacional, lo que también abandonó para ser candidato a gobernador y posteriormente mandatario entrerriano por tercera vez, en 2003. “Son cosas diferentes; no es lo mismo que plantea Kirchner”, aclaran desde el riñón bustista. “Acá irán cabeza de lista, dejando un mandato que les dio el pueblo, de ser intendentes, legisladores o gobernadores, para presentarse, no asumir en eso y retornar al puesto que tenían. O sea, una farsa”, acotan, coincidiendo con lo que opina la mayoría de los argentinos, en lo que constituiría un nuevo absurdo de la clase política, que sin dudas afecta aún más la credibilidad del dirigente.
Si en un primer momento, la idea de Kirchner movió el tablero como pocas había ocurrido en estos últimos tiempos en el seno del peronismo, las calificaciones de Busti hacia la idea oficialista también provocaron reacciones. El mismo día de las declaraciones del ex gobernador llamaron no pocos dirigentes de peso en el urribarrismo para salir a responderle a Busti. Incluso, algunos hasta llegaron a Casa de Gobierno buscando lograr una reunión, para ver qué estrategia seguían con los dichos del actual diputado provincial. “Pero la orden de Urribarri fue contundente: nadie sale a responderle”, comentó un alto funcionario.
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