Silvio Méndez
Cercado por los conflictos que emergen por la crisis en la matrícula escolar y el estado de abandono de buena parte de la infraestructura edilicia, el director departamental de Escuelas de Paraná, Roberto Matteoda, recientemente se ha visto envuelto en una serie de denuncias sobre su gestión. Entre los casos que se ha testificado se encuentran nombramiento en cargos docentes a personal sin formación pedagógica y que viola el orden de mérito, así como manejos pocos claros en el uso de fondos para reparaciones menores en establecimientos educativos. A esto se le suman fuertes imputaciones sobre abuso de poder sobre algunos empleados bajo su órbita, entre los que anónimamente se menciona maltrato y pedidos de intercambios de favores rayanos con prácticas de índole privada. Mientras en algunos trabajadores a su cargo crece el descontento, otros atribuyen las acusaciones a internas partidarias que se han visto fogoneadas por un modo de administración reñido con las normativas.
En los últimos días fue centro de la noticia, al conocerse que había concurrido personalmente a la Escuela Provincial de Nivel Medio Nº 19 Abel Bazán y Bustos, en barrio El Sol de Paraná, para efectivizar el cierre de nueve cursos, porque el Concejo General de Educación (CGE) había evaluado que en ellos había pocos alumnos para 2009. La medida inconsulta, encarada por el propio director departamental de Escuelas de Paraná, Roberto Matteoda, pronto dio de bruces por la resistencia de toda la comunidad educativa, que reunió a padres, vecinos, docentes y representantes gremiales. En su momento, el mismo funcionario había argumentado que la iniciativa que finalmente se dejo de lado era parte de un “control de matrícula” que se había comenzado a operativizar en los distintos establecimientos educativos de la ciudad. Pero, paradójicamente, la misma severidad y racionalidad que enunció Matteoda, no parece ser la misma que rige su gestión, que últimamente ha cobrado notoriedad por una serie de escándalos que poco a poco parecen ver la luz pública.
Según distintas fuentes consultadas, las irregularidades van desde la designación a cargos docentes a personal que no se encontraría en el orden de mérito ni capacitado pedagógicamente, pasando por un uso discrecional de fondos asignados a gastos menores, a supuestos maltratados y abusos de poder que habría ejercido a empleados a su cargo. De estos últimos, algunos que conciernen el orden privado, y sus relatos se han amparado en el anonimato por temor o falta de denuncias concretas, aunque ya son vox populi en el ámbito educativo.
Lo concreto, que sí se ha podido corroborar por algunos testimonios y documentación, son ciertas anomalías en el orden de nominaciones en horas docentes. Entre ellas, se ha apuntado la adjudicación nueve horas cátedra para trabajar en la Colonia de Verano del Complejo Escuela Hogar a Leonardo Langhi, que sería hijo de director complejo educativo, Miguel Langhi. Según registros a los que accedió ANALISIS, a Leonardo Langhi le fueron erogados haberes en calidad de profesor por sumas de 702,57 pesos en enero y 746,26 pesos en febrero, cuando su título concedido que habría registrado en el CGE sería de Bachiller. Este conchabo, como se deduce, sería tan sólo por ser hijo del administrador cercano a Matteoda. Este parece ser tan sólo un caso de muchas otras arbitrariedades. Según denuncias realizadas a la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (AGMER) seccional Paraná, la modalidad se repetiría en el nombramiento de plantilla para los comedores escolares, donde se ha manifestado su mayoría tiene como virtud ser parientes de funcionarios, con el agravante de que para sostener presupuestariamente estos sueldos, se utilizarían fondos asignados para raciones de los chicos. Casi demás está decir que a partir de la nueva Constitución, cualquier incorporación al Estado se debe realizar por concurso y aún siguiendo la ley del Régimen Jurídico Básico que, se debe reconocer, extrañamente no ha sido reglamentada.
(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)
