Claudio Cañete

El año pasado fue declarada Monumento Histórico Nacional. Con la reciente incorporación del nivel secundario y una extensión del Registro Civil, la Escuela Hogar Eva Perón continúa brindando servicios a la vasta comunidad de su zona de influencia en la capital entrerriana. Las dictaduras la quisieron demoler, transformarla, saquearon sus depósitos y le cambiaron el nombre varias veces. Más de medio siglo después, una de las obras que más simboliza la acción de Eva Perón en Paraná sigue de pie.

Desde que Eva Perón colocó su piedra fundamental han pasado varias décadas de historia. Los militares de la denominada Revolución Libertadora que derrocó a Juan Domingo Perón quisieron demolerla pero no pudieron. Las decisiones de Aramburu y Rojas estaban muy lejos y ocupadas en fusilamientos y purgas. Y a nivel provincial ningún sector en el poder se animó a tomar la decisión política de tirarla abajo.

Otras dictaduras que se sucedieron en los 17 años de exilio de Perón, planearon instalar allí -por ejemplo- una dependencia de la Escuela Naval, pero el barrio se rebeló en las calles de la zona y lo impidió. Bajo la consigna “No a las botas”, a fines de 1970, durante la autodenominada Revolución Argentina y el gobierno provincial del brigadier Ricardo Favre, los vecinos y laicos realizaron una movilización hasta Casa de Gobierno, liderados por el sacerdote tercermundista Roberto Crocce.

En otra ocasión quisieron trasladar también el Liceo General Manuel Belgrano de Santa Fe y hay quienes recuerdan que el Colegio Militar de la Nación estuvo interesado en hacer algo para ocuparlo. Saquearon sus depósitos, con distintos y oscuros fines, y sin embargo hasta ahora aún quedan partidas de muebles, ropa de cama y elementos varios. Se destruyeron indumentarias y cajas de comida, todo por ser fruto maldito del peronismo, sin importar que en los barrios periféricos hubiera chicos desnudos y hambrientos.

Sucesivos cambios de nombres e intentos de desmantelamiento desde entonces son la característica de su pasado. Sus objetivos educativos y sociales fueron replanteados varias veces sin que se consolidara ninguno en la década del 60 y el 70 principalmente. En el presente recién responde en buena parte con los preceptos verdaderos de su fundación, algunos aggiornados a estos tiempos.

La Escuela Hogar es tan grande que desde entonces resistió los permanentes saqueos de su patrimonio original, aquel que fue provisto por la Fundación Eva Perón en 1954, cuando habían terminado de construirla. De todo aquello ha quedado poco, pero hay gente que lucha por rescatarlo a través de un museo que en la actualidad va tomando forma y que algún día será un espacio importante.

El 2 de marzo de 1950, en una visita oficial a Paraná, Eva Perón colocó la piedra fundamental de la Escuela Hogar. El gobierno nacional de aquel entonces planificó la construcción de una veintena de establecimientos como este, diseminados por todo el país, con la finalidad de proporcionarles casa, comida, salud y deporte a más de 1.000 niños. Precisamente, uno de ellos se decidió levantarlo en Paraná. En la actualidad no se tiene conocimiento de que exista o de que haya existido en alguna parte algún documento donde constaran las justificaciones, argumentos o explicaciones acerca de por qué debía ser edificado en Paraná y no en otra ciudad cercana.

El único documento gráfico es el Libro del Segundo Plan Quinquenal, un tomo de grandes dimensiones –hoy en día un verdadero incunable criollo- donde están detallados provincia por provincia datos estadísticos de las obras públicas planificadas y las ya concretadas para 1950. Allí figura un mapa argentino con las Escuela Hogar en construcción. Es lo más completo que hay, pero no consta cuál fue el criterio para la elección de los lugares.

(Más información en la edición gráfica de ANALISIS de esta semana)